tag:blogger.com,1999:blog-39783106475622761822024-03-12T22:19:36.686-07:00cuentos para tiCarlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.comBlogger21125tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-23409531716572632042010-08-24T13:52:00.000-07:002010-08-24T13:54:18.354-07:00EL RATONCITO PEREZ<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiilDbiLZ5SNPXxGU9tZtJgcO1dhcidYhcoYsKOM8ltffRHlEF97pBWE53NEW0i3dy8SIjHhpvRCyKK6MJC_c_s0gNjDWPKxNWxUQqsL6QY_bSxkT1QuveU6_ikYoUZ4KQVhMthtckb7kVY/s1600/ratoncito+perez.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 158px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiilDbiLZ5SNPXxGU9tZtJgcO1dhcidYhcoYsKOM8ltffRHlEF97pBWE53NEW0i3dy8SIjHhpvRCyKK6MJC_c_s0gNjDWPKxNWxUQqsL6QY_bSxkT1QuveU6_ikYoUZ4KQVhMthtckb7kVY/s200/ratoncito+perez.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5509082587534000146" /></a><br /><br />Erase una vez Pepito Pérez , que era un pequeño ratoncito de ciudad , vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio.<br /><br />El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer. Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vió un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.<br /><br />Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental. A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón. Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina.<br /><br />Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso. Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.<br /><br />Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él. Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vió cómo el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada.<br /><br />Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande. El doctor se lo quitó y se lo dió de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar. El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada. Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo.<br /><br />A la mañana siguiente el niño vió el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio. Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo. cuento se ha acabado.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-35785842227925680372010-02-08T08:05:00.000-08:002010-02-08T08:08:45.261-08:00SIMBAD EL MARINO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihGzPrmAWrO4hTIjG3V7Of1I786gOvETaQwqBqfAo9UFgs6SGKxJNDcm8gCqLh6ra4j6P7i0TKKwZb4Np4L1OHNtgwT7QCSQCuJSZXXod7N0qz02IC_-vvCnb5ycw1p66TVGSYlUrfVCwV/s1600-h/9905139.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 233px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihGzPrmAWrO4hTIjG3V7Of1I786gOvETaQwqBqfAo9UFgs6SGKxJNDcm8gCqLh6ra4j6P7i0TKKwZb4Np4L1OHNtgwT7QCSQCuJSZXXod7N0qz02IC_-vvCnb5ycw1p66TVGSYlUrfVCwV/s320/9905139.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5435905237324596226" /></a><br />Hace muchos, muchísimos años, en la ciudad de Bagdag vivía un joven llamado Simbad. Era muy pobre y, para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por lo que se le conocía como Simbad el Cargador. - ¡Pobre de mí! -se lamentaba- ¡qué triste suerte la mía! Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven. A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones. En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera: -Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras... " Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable; fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes.<br /> <br /><br />Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..." Llegado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente. Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas... " Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí. L legué hasta un profundo valle sembrado de diamantes.<br /> <br /><br />Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar." Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente... "Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó. Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar. De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..." Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro.<br /> <br /> <br /><br />"Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..." Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna. El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes. S imbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos. "Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos." Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-39146975728787379742009-10-08T08:18:00.000-07:002009-10-08T08:27:03.816-07:00LA HILANDERA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit-igqN6qeiqI4bidj_CL0daW7LUrXq54iFCdyj4XIlWlJGyAOD9Ag7eYoj15bwOCqK2n-HkwHHXqMlIXxpEEqAdCzljM7Bt-3Jgr-_C60zSLIdgDiddf39V5yxZQ1Bc2FZeHB4oFd1UTP/s1600-h/84721-1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 150px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit-igqN6qeiqI4bidj_CL0daW7LUrXq54iFCdyj4XIlWlJGyAOD9Ag7eYoj15bwOCqK2n-HkwHHXqMlIXxpEEqAdCzljM7Bt-3Jgr-_C60zSLIdgDiddf39V5yxZQ1Bc2FZeHB4oFd1UTP/s200/84721-1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5390250972485814962" /></a><br /> <br /><br />Érase una vez un molinero muy pobre que no tenía en el mundo más que a su hija. Ella era una muchacha muy hermosa. Cierto día, el rey mandó llamar al molinero, pues hacía mucho tiempo no le pagaba impuestos. El pobre hombre no tenía dinero, así es que se le ocurrió decirle al rey:<br /><br />-Tengo una hija que puede hacer hilos de oro con la paja.<br /><br />-¡Tráela! -ordenó el rey.<br /><br />Esa noche, el rey llevó a la hija del molinero a una habitación llena de paja y le dijo:<br /><br />-Cuando amanezca, debes haber terminado de fabricar hilos de oro con toda esta paja. De lo contrario, castigaré a tu padre y también a tí. La pobre muchacha ni sabía hilar, ni tenía la menor idea de cómo hacer hilos de oro con la paja. Sin embargo, se sentó frente a la rueca a intentarlo. Como su esfuerzo fue en vano, desconsolada, se echó a llorar.<br /><br />De repente, la puerta se abrió y entró un hombrecillo extraño.<br /><br />-Buenas noches, dulce niña. ¿Por qué lloras?<br /><br />-Tengo que fabricar hilos de oro con esta paja -dijo sollozando-, y no sé cómo hacerlo.<br /><br />-¿Qué me das a cambio si la hilo yo? -preguntó el hombrecillo.<br /><br />-Podría darte mi collar -dijo la muchacha.<br /><br />-Bueno, creo que eso bastará -dijo el hombrecillo, y se sentó frente a la rueca.<br /><br />Al otro día, toda la paja se había transformado en hilos de oro. Cuando el rey vio la habitación llena de oro, se dejó llevar por la codicia y quiso tener todavía más. Entonces condujo a la muchacha a una habitación aún más grande, llena de paja, y le ordenó convertirla en hilos de oro. La muchacha estaba desconsolada.<br /><br />"¿Qué voy a hacer ahora?" se dijo.<br /><br />Esa noche, el hombrecillo volvió a encontrar a la joven hecha un mar de lágrimas. Esta vez, aceptó su anillo de oro a cambio de hilar toda la paja.Al ver tal cantidad de oro, la avaricia del rey se desbordó. Encerró a la muchacha en una torre llena de paja.<br /><br />-Si mañana por la mañana ya has convertido toda esta paja en hilos de oro, me casaré contigo y serás la reina.<br /><br />El hombrecillo regresó por la noche, pero la pobre muchacha ya no tenía nada más para darle.<br /><br />-Cuando te cases -propuso el hombrecillo- tendrás que darme tu primer hijo.<br /><br />Como la muchacha no encontró una solución mejor, tuvo que aceptar el trato.<br /><br />Al día siguiente, el rey vio con gran satisfacción que la torre estaba llena de hilos de oro. Tal como lo había prometido, se casó con la hija del molinero.<br /><br />Un año después de la boda, la nueva reina tuvo una hija.<br /><br />La reina había olvidado por completo el trato que había hecho con el hombrecillo, hasta que un día apareció.<br /><br />-Debes darme lo que me prometiste -dijo el hombrecillo.<br /><br />La reina le ofreció toda clase de tesoros para poder quedarse con su hija, pero el hombrecillo no los aceptó.<br /><br />-Un ser vivo es más precioso que todas las riquezas del mundo -dijo.<br /><br />Desesperada al escuchar estas palabras, la reina rompió a llorar. Entonces el hombrecillo dijo:<br /><br />-Te doy tres días para adivinar mi nombre. Si no lo logras, me quedo con la niña.<br /><br />La reina pasó la noche en vela haciendo una lista de todos los nombres que había escuchado en su vida. Al día siguiente, la reina le leyó la lista al hombrecillo, pero la respuesta de éste a cada uno de ellos fue siempre igual:<br /><br />-No, así no me llamo yo.<br /><br />La reina resolvió entonces mandar a sus emisarios por toda la ciudad a buscar todo tipo de nombres.<br /><br />Los emisarios regresaron con unos nombres muy extraños como Piedrablanda y Aguadura, pero ninguno sirvió. El hombrecillo repetía siempre:<br /><br />-No, así no me llamo yo.<br /><br />Al tercer día, la desesperada reina envió a sus emisarios a los rincones más alejados del reino.<br />Ya entrada la noche, el último emisario en llegar relató una historia muy particular.<br /><br />-Iba caminando por el bosque cuando de repente vi a un hombrecillo extraño bailando en torno a una hoguera. Al tiempo que bailaba iba cantando: "¡La reina perderá, pues mi nombre nunca sabrá. Soy el gran Rumpelstiltskin!"<br /><br />Esa misma noche, la reina le preguntó al hombrecillo:<br /><br />-¿Te llamas Alfalfa?<br /><br />-No, así no me llamo yo.<br /><br />-¿Te llamas Zebulón?<br /><br />-No, así no me llamo yo.<br /><br />-¿Será posible, entonces, que te llames Rumpelstilstkin? -preguntó por fin la reina.<br /><br />Al escuchar esto, el hombrecillo sintió tanta rabia que la cara se le puso azul y después marrón. Luego pateó tan fuerte el suelo que le abrió un gran hueco.<br /><br />Rumpelstiltskin desapareció por el hueco que abrió en el suelo y nadie lo volvió a ver jamás. La reina, por su parte, vivió feliz para siempre con el rey y su preciosa hijita.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-56571069201112028992009-10-03T01:15:00.000-07:002009-10-03T01:18:05.472-07:00LA ROSA MAS BELLA DEL MUNDO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZKaRsgwgJuNBdb0UKwQWCCf05WymnRn2rty165sHlWn6ayygJBSWvna_xPD5p5CLXqahbHJvLK0vU6lO0wiYddQsZEoIdHpZv2YlLUhzCTLyYCrmeTaKGas8aC_8d3Ywl4l3GPNNXOJXR/s1600-h/rosas_a.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 251px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZKaRsgwgJuNBdb0UKwQWCCf05WymnRn2rty165sHlWn6ayygJBSWvna_xPD5p5CLXqahbHJvLK0vU6lO0wiYddQsZEoIdHpZv2YlLUhzCTLyYCrmeTaKGas8aC_8d3Ywl4l3GPNNXOJXR/s320/rosas_a.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5388285056243078386" /></a><br />Érase una reina muy poderosa, en cuyo jardín lucían las flores más hermosas de cada estación del año. Ella prefería las rosas por encima de todas; por eso las tenía de todas las variedades, desde el escaramujo de hojas verdes y olor de manzana hasta la más magnífica rosa de Provenza. Crecían pegadas al muro del palacio, se enroscaban en las columnas y los marcos de las ventanas y, penetrando en las galerías, se extendían por los techos de los salones, con gran variedad de colores, formas y perfumes.<br /><br />Pero en el palacio moraban la tristeza y la aflicción. La Reina yacía enferma en su lecho, y los médicos decían que iba a morir.<br /><br />-Hay un medio de salvarla, sin embargo -afirmó el más sabio de ellos-. Tráiganle la rosa más espléndida del mundo, la que sea expresión del amor puro y más sublime. Si puede verla antes de que sus ojos se cierren, no morirá.<br /><br />Y ya tienen a viejos y jóvenes acudiendo, de cerca y de lejos, con rosas, las más bellas que crecían en todos los jardines; pero ninguna era la requerida. La flor milagrosa tenía que proceder del jardín del amor; pero incluso en él, ¿qué rosa era expresión del amor más puro y sublime?<br /><br />Los poetas cantaron las rosas más hermosas del mundo, y cada uno celebraba la suya. Y el mensaje corrió por todo el país, a cada corazón en que el amor palpitaba; corrió el mensaje y llegó a gentes de todas las edades y clases sociales.<br /><br />-Nadie ha mencionado aún la flor -afirmaba el sabio. Nadie ha designado el lugar donde florece en toda su magnificencia. No son las rosas de la tumba de Romeo y Julieta o de la Walburg, a pesar de que su aroma se exhalará siempre en leyendas y canciones; ni son las rosas que brotaron de las lanzas ensangrentadas de Winkelried, de la sangre sagrada que mana del pecho del héroe que muere por la patria, aunque no hay muerte más dulce ni rosa más roja que aquella sangre. Ni es tampoco aquella flor maravillosa para cuidar la cual el hombre sacrifica su vida velando de día y de noche en la sencilla habitación: la rosa mágica de la Ciencia.<br /><br />-Yo sé dónde florece -dijo una madre feliz, que se presentó con su hijito a la cabecera de la Reina-. Sé dónde se encuentra la rosa más preciosa del mundo, la que es expresión del amor más puro y sublime. Florece en las rojas mejillas de mi dulce hijito cuando, restaurado por el sueño, abre los ojos y me sonríe con todo su amor.<br /><br />Bella es esa rosa -contestó el sabio- pero hay otra más bella todavía.<br /><br />-¡Sí, otra mucho más bella! -dijo una de las mujeres-. La he visto; no existe ninguna que sea más noble y más santa. Pero era pálida como los pétalos de la rosa de té. En las mejillas de la Reina la vi. La Reina se había quitado la real corona, y en las largas y dolorosas noches sostenía a su hijo enfermo, llorando, besándolo y rogando a Dios por él, como sólo una madre ruega a la hora de la angustia.<br /><br />-Santa y maravillosa es la rosa blanca de la tristeza en su poder, pero tampoco es la requerida.<br /><br />-No; la rosa más incomparable la vi ante el altar del Señor -afirmó el anciano y piadoso obispo-. La vi brillar como si reflejara el rostro de un ángel. Las doncellas se acercaban a la sagrada mesa, renovaban el pacto de alianza de su bautismo, y en sus rostros lozanos se encendían unas rosas y palidecían otras. Había entre ellas una muchachita que, henchida de amor y pureza, elevaba su alma a Dios: era la expresión del amor más puro y más sublime.<br /><br />-¡Bendita sea! -exclamó el sabio-, mas ninguno ha nombrado aún la rosa más bella del mundo.<br /><br />En esto entró en la habitación un niño, el hijito de la Reina; había lágrimas en sus ojos y en sus mejillas, y traía un gran libro abierto, encuadernado en terciopelo, con grandes broches de plata.<br /><br />-¡Madre! -dijo el niño-. ¡Oye lo que acabo de leer!-. Y, sentándose junto a la cama, se puso a leer acerca de Aquél que se había sacrificado en la cruz para salvar a los hombres y a las generaciones que no habían nacido.<br /><br />-¡Amor más sublime no existe!<br /><br />Se encendió un brillo rosado en las mejillas de la Reina, sus ojos se agrandaron y resplandecieron, pues vio que de las hojas de aquel libro salía la rosa más espléndida del mundo, la imagen de la rosa que, de la sangre de Cristo, brotó del árbol de la Cruz.<br /><br />-¡Ya la veo! -exclamó-. Jamás morirá quien contemple esta rosa, la más bella del mundo.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-77984973083485604242009-04-25T10:43:00.000-07:002009-04-25T10:45:49.207-07:00EL REGALO MAGICO DEL CONEJITO POBRE<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLLFsa8gZp0oa4Bj6e3vWhRuo3jiujGsvaKfBvTf1eXSZQLiO6hjcgFNDWSc2xFaKus0JiHjXKmMWNHFf7ctOiqw5zwfOt8m2ihtBxcPBkgSevu9scX3mYR0F9i-UPPhxC9Ortc4yT_G-S/s1600-h/CONEJITOS.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 182px; height: 187px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLLFsa8gZp0oa4Bj6e3vWhRuo3jiujGsvaKfBvTf1eXSZQLiO6hjcgFNDWSc2xFaKus0JiHjXKmMWNHFf7ctOiqw5zwfOt8m2ihtBxcPBkgSevu9scX3mYR0F9i-UPPhxC9Ortc4yT_G-S/s320/CONEJITOS.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5328686646537253602" border="0" /></a><br /><img src="file:///C:/Windows/Temp/moz-screenshot.jpg" alt="" /><br /><br /><br />Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en darles buen uso.<br /><br />Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no podía caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dió a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las ramitas.<br />Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dió a él.<br /><br />En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es lo que has hecho con ellas? El conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas?. ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!<br />Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas, ¡¡todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los animales!!<br />Y el conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegría a todosCarlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-81375778399873601042008-11-28T16:14:00.000-08:002008-11-28T16:15:56.141-08:00LA NIÑA DE LOS FOSFOROS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGvIckVr4S97S2QiU4ExC-ezfxeQ49g1nLGPu45QW3sOqXDN5bHuH_lsAXZkWExYV_OSxB6fuMiXU8GICTj8vUPaEpIMHMglckl7sqi6qHzM__dgxbI9Cbn7G6FXgMbOzfMPSR023WdoH/s1600-h/233532din.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 200px; height: 263px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrGvIckVr4S97S2QiU4ExC-ezfxeQ49g1nLGPu45QW3sOqXDN5bHuH_lsAXZkWExYV_OSxB6fuMiXU8GICTj8vUPaEpIMHMglckl7sqi6qHzM__dgxbI9Cbn7G6FXgMbOzfMPSR023WdoH/s320/233532din.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5273866505338657794" border="0" /></a><br />Era la última noche del año, ¡Víspera de Año Nuevo y hacía mucho frío! Nevaba y pronto iba a ser de noche.<br /><br />En el frío y la oscuridad, una pobre niñita andaba por la calle, descalza y sin bufanda en la cabeza. La verdad es que antes de salir de casa llevaba zapatillas, pero no le habían servido mucho. Eran demasiado grandes y su madre ya las había usado. Eran tan grandes que la niñita, en su prisa, las había perdido al cruzar la calle entre dos coches. Una de las zapatillas nunca la encontró, y la otra la encontró un niño que quería usarla de cuna para cuando tuviese sus propios hijos.<br /><br />La niña andaba por la calle con sus pies descalzos, los cuales estaban azules por el frío. En su viejo delantal llevaba varios fósforos y tenía un manojo en la mano. Había sido un mal día para ella; nadie le había comprado ni un fósforo y no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre y mucho frío, y se sentía muy débil. ¡Pobre niñita!<br /><br />Desde todas las ventanas se veían las luces que brillaban y la calle entera despedía el maravilloso aroma de la carne asada. Lo único que la niñita podía pensar era que esa noche era la víspera de Año Nuevo. Se sentó en una esquina y trató de calentarse entre dos casas. Sintió más y más frío, pero no se atrevía a volver a casa porque no había vendido ni una cerilla, y por ello no había ganado ni una peseta. <br /><br />Su padre le podría golpear y, por otro lado, en la casa también hacía frío. Ellos vivían en una casita pequeña y el viento se colaba por todos lados, a pesar de que habían tapado las grietas grandes con paja y trapos.<br /><br />Sus manitas estaban casi muertas por el frío. ¡Un fósforo encendido por lo menos la ayudaría! ¡Si tan solo pudiese sacar uno del manojo, encenderlo contra la pared, y calentarse los dedos!<br />Entonces sacó uno. ¡Zas! ¡Cómo chispeaba! ¡Cómo se encendía! Era una llamita suave, igual que una velita protegida con las manos alrededor. ¡Pero que luz más extraña! A la niña le pareció que estaba sentada frente a una cocina de hierro grande con pomos de metal pulido, y con cacerolas y ollas brillantes. ¡El fuego era magnífico y daba tanto calor! La niña acababa de estirar sus pies para calentarlos, cuando la llama se apagó y la cocina desapareció. Ella quedó allí sentada con sólo un pedacito del fósforo quemado en su mano.<br /><br />La niña encendió otro fósforo que brilló, y donde la luz se reflejaba en la pared se veía transparente como una gasa. La niña podía ver el cuarto donde había una mesa cubierta con un mantel blanco y un juego de porcelana fina. Había un pavo asado, relleno con ciruelas y manzanas, que llenaba el cuarto con un delicioso aroma. ¡Qué sorpresa! De repente el pavo saltó del plato y rodó por el piso, justo hacia donde estaba la pobre niña. Tenía el tenedor y el cuchillo todavía en su lomo.<br /><br />Entonces el fósforo se apagó y no quedó nada, excepto la gruesa y helada pared. Ella encendió un tercer fósforo. Inmediatamente se vio sentada bajo un magnífico árbol de Navidad. Era mucho más grande y mejor decorado que el que había visto la Navidad pasada, a través de las puertas de vidrio de la casa del comerciante rico. Miles de velas estaban encendidas sobre las ramas verdes, y parecía que todas las figuras de colores le sonreían.<br /><br />La niña levantó ambas manos y el fósforo se apagó. Las velas de navidad se elevaban más y más alto, y entonces ella se dio cuenta que eran las estrellas. Una de ellas cayó, dejando una larga línea de fuego en el cielo.<br />“Alguien se está muriendo”, susurró la niña, pensando en su abuela anciana, que había sido la única persona buena con ella, pero que ya había muerto, y que solía decirle: ” Si ves caer una estrella quiere decir que un alma va al cielo”.<br /><br />Raspó otro fósforo en la pared, que le dio una luz magnífica. Esta vez en medio de un resplandor ella vio a su abuela. Se veía tan dulce y tan radiante. ” Oh, Abuelita, llévame contigo”, gritó la niña. “Cuando el fósforo se apague, yo sé que tú ya no estarás aquí. Te habrás desaparecido al igual que la cocina de hierro, el pavo asado y el hermoso árbol de Navidad.”<br /><br />De pronto, se encendió el resto del manojo de fósforos porque quería seguir viendo a su abuela, y los fósforos brillaron gloriosamente, más que la luz del día. Nunca antes había visto a su abuela tan alta y tan hermosa. La abuela tomó a la niña en sus brazos y las dos volaron llenas de radiante felicidad, más alto y más alto hasta que no hacía más frío, y la niña no sentía más hambre y no tenía más sufrimientos. Estaban en el paraíso.<br /><br />En el frío, temprano por la mañana, la niña seguía sentada en la esquina entre las dos casas. Sus mejillas estaban rosadas y tenía una sonrisa en sus labios. Estaba muerta, congelada por el frío en la víspera de Año Nuevo.<br /><br />La mañana del Nuevo Año brilló sobre su pequeño cuerpecito sentado allí con los fósforos, un manojo quemado casi por completo. “¡Ella sólo quería calentarse!” dijo alguien. Pero nunca nadie supo las hermosas cosas que ella había visto, ni en qué resplandor había entrado en el Año Nuevo con su vieja abuela.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-55758647886754401952008-11-28T15:44:00.001-08:002008-11-28T15:44:38.311-08:00LA OCA DE ORO<p><img src="http://www.encuentos.com/wp-content/uploads/2008/05/la-oca-de-oro.jpg" alt="La oca de oro" height="295" width="296" /></p> <p><span id="more-723"></span></p> <p>Un hombre tenía tres hijos, al tercero de los cuales llamaban «El zoquete», que era menospreciado y blanco de las burlas de todos. Un día quiso el mayor ir al bosque a cortar leña; su madre le dio una torta de huevos muy buena y sabrosa y una botella de vino, para que no pasara hambre ni sed.</p> <p>Al llegar al bosque se encontró con un hombrecillo de pelo gris y muy viejo, que lo saludó cortésmente y le dijo: - Dame un pedacito de tu torta y un sorbo de tu vino. Tengo hambre y sed. El listo mozo respondió - Si te doy de mi torta y de mi vino apenas me quedará para mí; sigue tu camino y déjame -y el viejo quedó plantado y siguió adelante.</p> <p>Se puso a cortar un árbol, y al poco rato pegó un hachazo en falso y el hacha se le clavó en el brazo, por lo que tuvo que regresar a su casa a que lo vendasen. Con esta herida pagó su conducta con el hombrecillo. Partió luego el segundo para el bosque, y, como al mayor, su madre lo proveyó de una torta y una botella de vino. También le salió al paso el viejecito gris, y le pidió un pedazo de torta y un trago de vino. Pero también el hijo segundo le replicó con displicencia: - Lo que te diese me lo quitaría a mí; ¡sigue tu camino! y dejando plantado al anciano, se alejó. No se hizo esperar el castigo. Apenas había asestado un par de hachazos a un tronco cuando se hirió en una pierna, y hubo que conducirlo a su casa. Dijo entonces «El zoquete»: - Padre, déjame ir al bosque a buscar leña. - Tus hermanos se han lastimado -lecontestó el padre-; no te metas tú en esto, pues no entiendes nada. Pero el chico insistió tanto, que, al fin, le dijo su padre: -Vete, pues, si te empeñas; a fuerza de golpes ganarás experiencia. Le dio la madre una torta amasada con agua y cocida en las cenizas. y una botella de cerveza agria. Cuando llegó al bosque se encontró igualmente con el hombrecillo gris, el cual lo saludó y dijo:<br />- Dame un poco de tu torta, y un trago de lo que llevas en la botella, pues tengo hambre y sed.<br />- No llevo sino una torta cocida en la ceniza y cerveza agria -le respondió «El zoquete»-; si te conformas, sentémonos y comeremos.<br />Y se sentaron. Y he aquí que cuando el mozo sacó la torta, resultó ser un magnífico pastel de huevos, y la cerveza agria se había convertido en un vino excelente.<br />- Puesto que tienes buen corazón y eres generoso, te daré suerte. ¿Ves aquel viejo árbol de allí? Pues córtalo; encontrarás algo en la raíz.<br />Y con estas palabras, el hombrecillo se despidió.</p> <p>«El zoquete» se encaminó al árbol y lo derribó a hachazos, y al caer apareció en la raíz una oca de plumas de oro puro. Se la llevó consigo y entró en una posada para pasar la noche. El dueño tenía tres hijas, que, al ver la oca, sintieron por ella una gran curiosidad, y el deseo de poseer una de sus plumas de oro. La mayor pensó: «Será mucho que no encuentre una oportunidad para arrancarle una pluma», y, un momento en que el muchacho salió de su cuarto, sujetó la oca por un ala; pero los dedos y la mano se le quedaron pegados a ella. Pronto acudió la segunda, con la idea de llevarse también una pluma de oro; pero no bien tocó a su hermana quedó pegada a ella. Finalmente, fue la tercera con idéntico propósito, y las otras le gritaron: - ¡Apártate, por Dios Santo, apártate! Pero ella, no comprendiendo por qué debía apartarse y pensando que si sus hermanas estaban allí, también ella podía estar, se acercó y, apenas hubo tocado a la segunda, quedó asimismo aprisionada sin poder soltarse.</p> <p>Y así tuvieron que pasarse la noche pegadas a la oca. A la mañana, «El zoquete», tomando el animal bajo el brazo, emprendió el camino de su casa, sin preocuparse de las tres muchachas, que lo seguían quieras o no, haciendo eses, según le llevaban a él las piernas. En medio del campo se encontraron con el señor cura, quien, al ver la comitiva, dijo: - ¿No les da vergüenza, descaradas, correr de este modo tras este joven en despoblado? ¿Les parece decente? Y sujetó a la menor por la mano con intención de separarla; pero no bien la tocó, quedó a su vez enganchado y tubo que participar también en la carrera. Al poco rato acertó a pasar el sacristán, y, al ver al señor cura que seguía a las muchachas, sorprendido dijo: - ¿Y pues, señor cura, adónde va tan de prisa? ¿Se ha olvidado de que hoy tenemos un bautizo? -y corriendo hacia él, lo tomó de la manga, quedando asimismo sujeto.</p> <p>Trotando así los cinco, topáronse con dos labradores que, con sus azadones al hombro, regresaban del campo. Los llamó el cura, pidiéndoles que lo desenganchasen, a él y al sacristán; pero no bien hubieron tocado los hombres a este último, ¡helos también aprisionados! Y ya eran siete los que corrían en pos de «El zoquete» y su oca.</p> <p>Poco después llegaron a una ciudad, cuyo rey era padre de una hija tan seria, que nadie, había logrado hacerla reír. Por eso el Rey había hecho pregonar que daría la mano de la princesa al hombre que fuese capaz de provocar su risa.</p> <p>Al enterarse de ello, «El zoquete», arrastrando todo su séquito, se presentó a la hija del Rey, y al ver ella aquella hilera de siete personas corriendo sin parar una tras otra, se echó a reír tan fuerte y tan a gusto, que no podía cesar en sus carcajadas. Entonces «El zoquete» la pidió por esposa.</p> <p>Pero el Rey, al que no gustaba aquel yerno, opuso toda clase de objeciones, y, al fin, le dijo que antes debía traerle a un hombre capaz de beberse todo el vino que cabía en la bodega de palacio.</p> <p>Pensó el joven en su hombrecillo del bosque y fue a pedirle ayuda. Y he aquí que en el mismo lugar donde cortara el árbol vio sentado a un individuo en cuyo rostro se pintaba la pena. Le preguntó «El zoquete» el motivo de su pesar, y el otro le contestó: - Sufro de una sed terrible, que no puedo calmar de ningún modo. No puedo con el agua fría, y aunque me he bebido todo un tonel de vino, ¿qué es una gota sobre una piedra ardiente? - Yo puedo remediar esto -díjo el joven-. Vente conmigo y te prometo que beberás hasta reventar. Y así diciendo, lo condujo a la bodega real, donde el hombre la emprendió, bebe que te bebe, con las voluminosas cubas, hasta que ya le dolían las caderas, y antes de que se hubiese terminado el día, había vaciado toda la bodega. «El zoquete» acudió nuevamente a reclamar su novia; pero el Rey, irritado al pensar que un mozo que todo el mundo tenía por tonto se hubiese de llevar a su hija, le puso una nueva condición. Antes debía encontrar a un hombre capaz de comerse una montaña de pan. No se lo pensó mucho el mozo, sino que se dirigió inmediatamente al bosque, y en el mismo lugar que antes, encontró a un hombre ocupado en apretarse el cinturón y que, con cara compungida, le dijo: - Me he comido toda una hornada de pan. Pero, ¿qué es esto para un hambre como la que yo tengo? Mi estómago sigue vacío, y no me queda más recurso que apretarme el cinturón para no morirme de hambre. Dijo «El zoquete» muy contento: - Vente conmigo y te vas a hartar.</p> <p>Y lo llevó a la corte del Rey, el cual había mandado reunir toda la harina del reino y cocer con ella una enorme montaña de pan. El hombre del bosque se situó enfrente de ella, empezó a comer, y, al ponerse el sol, aquella enorme mole había desaparecido. </p> <p>Por tercera vez reclamó «El zoquete» a la princesa; pero el Rey, buscando todavía excusas, le exigió que le trajera un barco capaz de ir por tierra y por agua. -En cuanto llegues navegando en él -díjo-, mi hija será tu esposa.</p> <p>Nuevamente se encaminó el muchacho al bosque, donde lo aguardaba el viejo hombrecillo gris con quien repartiera su torta, y que le dijo: - Para ti he comido y bebido, y ahora te daré el barco. Todo eso lo hago porque fuiste compasivo conmigo. Y le dio el barco que iba por tierra y por agua; y cuando el Rey lo vio, ya no pudo seguir negándose a entregarle a su hija. Se celebró la boda; a la muerte del Rey, «El zoquete» heredó la corona, y durante largos años vivió feliz con su esposa.<br /></p>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-40980088146421847882008-11-28T15:33:00.001-08:002008-11-28T15:33:18.550-08:00LA SIRENITA<table id="table7" border="0" width="100%"><tbody><tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/Sirenita7.gif" align="left" border="0" height="109" width="106" />Había una vez... en el fondo del más azul de los océanos, un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas. </span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/sire023.gif" align="right" border="0" height="265" width="188" />Sirenita, la más joven, además de ser la más bella, poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusa al oírla dejaban de flotar. La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas. "¡Oh!, ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!" "Todavía eres demasiado joven". Respondió la madre. "Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para salir a la superficie, como a tus hermanas".</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/Ariel6.GIF" align="left" border="0" height="241" width="143" />Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín ornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada. Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;">"¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres, Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!" Apenas su padre terminó de hablar, Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. </span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/Eric.GIF" align="right" border="0" height="217" width="113" />De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer . El sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de Sirenita y dejaban oir sus alegres graznidos de bienvenida. "¡Qué hermoso es todo!" exclamó feliz, dando palmadas. Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. "¡Cómo me gustaría hablar con ellos!".</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;">Pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: "¡Jamás seré como ellos!". A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: "¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!". La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family:Arial;"> <b><span style="font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/sire016.gif" align="right" border="0" height="273" width="153" />Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón. La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. Sirenita se dio cuenta enseguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida. "¡Cuidado! ¡El mar...!" En vano Sirenita gritó y gritó. Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. </span> </b></span></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/sire015.gif" align="left" border="0" height="220" width="286" />Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe lo tuvo en sus brazos. El joven estaba inconsciente, mientras Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo. Hasta que un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a buscar refugio en el mar.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> "¡Corred! ¡Corred!" gritaba una dama de forma atolondrada. "¡Hay un hombre en la playa!" "¡Está vivo! ¡Pobrecito! ¡Ha sido la tormenta...! ¡ Llevémosle al castillo!" "¡No!¡No! Es mejor pedir ayuda..." </span> </b> </p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family:Arial;"> <b><span style="font-size:130%;color:#000000;"> La primera cosa que vio el joven al recobrar el conocimiento, fue el hermoso semblante de la más joven de las tres damas. "¡Gracias por haberme salvado!" Le susurró a la bella desconocida. Sirenita, desde el agua, vio que el hombre al que había salvado se dirigía hacia el castillo, ignorante de que fuese ella y no la otra, quién lo había salvado. Pausadamente nadó hacia el mar abierto; sabía que, en aquella playa, detrás suyo, había dejado algo de lo que nunca hubiera querido separarse. ¡Oh! ¡Qué maravillosas habían sido las horas transcurridas durante la tormenta teniendo al joven entre sus brazos! Cuando llegó a la mansión paterna, Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en su garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. </span> </b> </span></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family:Arial;"> <b><span style="font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/sire024.gif" align="left" border="0" height="364" width="264" />Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, Sirenita, nunca podría casarse con un hombre. Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla. "¡...por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas. ¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo sentirás un terrible dolor." "¡No me importa" respondió Sirenita con lágrimas en los ojos, "a condición de que pueda volver con él!" "¡No he terminado todavía!" dijo la vieja." Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda para siempre! Pero recuerda: si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola. "¡Acepto!" dijo por último Sirenita y, sin dudar un instante, le pidió el frasco que contenía la poción prodigiosa.</span></b></span></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> Se dirigió a la playa y, en las proximidades de su mansión, emergió a la superficie; se arrastró a duras penas por la orilla y se bebió la pócima de la hechicera. Inmediatamente, un fuerte dolor le hizo perder el conocimiento y cuando volvió en sí, vio a su lado, como entre brumas, aquel semblante tan querido sonriéndole. El príncipe allí la encontró y, recordando que también él fue un náufrago, cubrió tiernamente con su capa aquel cuerpo que el mar había traído. "No temas" le dijo de repente,"estás a salvo. ¿De dónde vienes?" Pero Sirenita, a la que la bruja dejó muda, no pudo responderle. "Te llevaré al castillo y te curaré." </span> </b> </p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/Ariel31.GIF" align="right" border="0" height="136" width="122" />Durante los días siguientes, para Sirenita empezó una nueva vida: llevaba maravillosos vestidos y acompañaba al príncipe en sus paseos. Una noche fue invitada al baile que daba la corte, pero tal y como había predicho la bruja, cada paso, cada movimiento de las piernas le producía atroces dolores como premio de poder vivir junto a su amado. Aunque no pudiese responder con palabras a las atenciones del príncipe, éste le tenía afecto y la colmaba de gentilezas. Sin embargo, el joven tenía en su corazón a la desconocida dama que había visto cuando fue rescatado después del naufragio.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;">Desde entonces no la había visto más porque, después de ser salvado, la desconocida dama tuvo que partir de inmediato a su país. Cuando estaba con Sirenita, el príncipe le profesaba a ésta un sincero afecto, pero no desaparecía la otra de su pensamiento. Y la pequeña sirena, que se daba cuenta de que no era ella la predilecta del joven, sufría aún más. Por las noches, Sirenita dejaba a escondidas el castillo para ir a llorar junto a la playa. </span> </b> </p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family:Arial;"> <b><span style="font-size:130%;color:#000000;"> Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de Sirenita. La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio por el príncipe enamorado, y la dama lo aceptó con agrado, puesto que ella también estaba enamorada. Al cabo de unos días de celebrarse la boda, los esposos fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo. Al caer la noche, Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. </span></b></span></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <b><span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/sirenita/sirepresenta.gif" align="left" border="0" height="302" width="326" />Recordando la profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas: "¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas." Como en un sueño, Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Mas cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;">Cuando el sol despuntaba en el horizonte, lanzó un rayo amarillento sobre el mar y, Sirenita, desde las aguas heladas, se volvió para ver la luz por última vez. Pero de improviso, como por encanto, una fuerza misteriosa la arrancó del agua y la transportó hacia lo más alto del cielo. Las nubes se teñían de rosa y el mar rugía con la primera brisa de la mañana, cuando la pequeña sirena oyó cuchichear en medio de un sonido de campanillas: "¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!" "¿Quienes sois?" murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz "¿Dónde estáis?" "Estas con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento.</span></b></p></td> </tr> <tr> <td> </td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><b> <span style="font-family:Arial;font-size:130%;color:#000000;">No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos." Sirenita , conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le susurraban: "¡Fíjate! Las flores de la tierra esperan que nuestras lágrimas se transformen en rocío de la mañana. ¡Ven con nosotras! </span> </b> </p></td></tr></tbody></table>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-54493574056891431802008-11-19T11:50:00.001-08:002008-11-19T11:50:15.643-08:00PETER PAN<table id="table7" border="0" width="100%"><tbody><tr><td><p align="justify"><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-size: 85%;"><span style="font-size: 100%;"><b style="font-family: Verdana,Arial;"><span style="font-family: Arial;">W</span></b></span><span style="font-family: Arial; font-size: 100%;"><b>endy</b></span><span style="font-size: 100%;"><b style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: Arial;"><b>, Michael y John eran tres hermanos que vivían en las afueras de<img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/Wendy2.GIF" align="right" border="0" height="92" width="41" /> Londres. Wendy, la mayor, ha</b></span></b></span></span><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-size: 100%;"><span style="font-family: Arial;"> <b> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/michael1.gif" align="left" border="0" height="117" width="122" /></b></span></span><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-size: 100%;"><b style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: Arial;"><b>bía contagiado a sus hermanitos su admiración por Peter Pan. </b> </span> </b> </span> </p> <p align="justify"><span style="font-size: 100%;"> <b style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> Todas las noches les contaba a sus hermanos las aventuras de Peter. Una noche, cuando ya casi dormían, vieron una lucecita moverse por la habitación. </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/tinker.gif" align="right" border="0" height="100" width="91" /></span><span style="color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">E</span><span style="font-family: Arial;">ra </span></span></b></span><span style="font-size: 100%;"><b><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Arial;"><img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/Pan3.gif" align="left" border="0" height="95" width="125" /></span></b></span><span style="font-size: 100%;"><b><span style="color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;">Campanilla, el hada que acompaña siempre a Peter Pan, y el mismísimo Peter. Éste les propuso</span><span style="font-family: Arial;"> viajar con él y con Campanilla al País de Nunca Jamás, donde vivían los Niños Perdidos... - Campanilla os ayudará. Basta con que os eche un poco de polvo mágico para que podáis volar. </span> </span> </b> </span></p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;">C</span><span style="font-family: Arial;">uando ya se encontraban cerca del País de Nunca Jamás, Peter les señaló: - Es el barco del Capitán Garfio. Tened mucho cuidado con él. Hace tiempo un cocodrilo le devoró la mano y se tragó hasta el reloj. ¡Qué nervioso se pone ahora Garfio cuando oye un tic-tac! </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/Wendy2.GIF" align="right" border="0" height="95" width="34" />C</span><span style="font-family: Arial;">ampanilla se sintió celosa de las atenciones que su amigo tenía para con Wendy, así que, adelantándose, les dijo a los Niños Perdidos que debían disparar una flecha a un gran pájaro que se acercaba con Peter Pan. La pobre Wendy cayó al suelo, pero, por fortuna, la flecha no había penetrado en su cuerpo y enseguida se recuperó del golpe. Wendy cuidaba de todos aquellos niños sin madre y, también, claro está de sus hermanitos y del propio Peter Pan. </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/hook1.gif" align="left" border="0" height="148" width="180" />P</span><span style="font-family: Arial;">rocuraban no tropezarse con los terribles piratas, pero éstos, que ya habían tenido noticias de su llegada al País de Nunca Jamás, organizaron una emboscada y se llevaron prisioneros a Wendy, a Michael y a John. Para que Peter no pudiera rescatarles, el Capitán Garfio decidió envenenarle, contando para ello con la ayuda de Campanilla, quien deseaba vengarse del cariño que Peter sentía hacia Wendy. Garfio aprovechó el momento en que Peter se había dormido para verter en su vaso unas gotas de un poderosísimo veneno. </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/piratas.gif" align="right" border="0" height="152" width="209" />C</span><span style="font-family: Arial;">uando Peter Pan se despertó y se disponía a beber el agua, Campanilla, arrepentida de lo que había hecho, se lanzó contra el vaso, aunque no pudo evitar que la salpicaran unas cuantas gotas del veneno, una cantidad suficiente para matar a un ser tan diminuto como ella. Una sola cosa podía salvarla: que todos los niños creyeran en las hadas y en el poder de la fantasía. Y así es como, gracias a los niños, Campanilla se salvó. Mientras tanto, nuestros amiguitos seguían en poder de los piratas.</span><span style="font-family: Arial;"> </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/peter.gif" align="left" border="0" height="124" width="138" />Y</span><span style="font-family: Arial;">a estaban a punto de ser lanzados por la borda con los brazos atados a la espalda. Parecía que nada podía salvarles, cuando de repente, oyeron una voz: - ¡Eh, Capitán Garfio, eres un cobarde! ¡A ver si te atreves conmigo! Era Peter Pan que, alertado por Campanilla, había llegado justo a tiempo de evitarles a sus amigos una muerte cierta. Comenzaron a luchar. </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/coco.gif" align="right" border="0" height="107" width="84" />D</span><span style="font-family: Arial;">e pronto, un tic-tac muy conocido por Garfio hizo que éste se estremeciera de horror. El cocodrilo estaba allí y, del susto, el Capitán Garfio dio un traspié y cayó al mar. Es muy posible que todavía hoy, si viajáis por el mar, podáis ver al Capitán Garfio nadando desesperadamente, perseguido por el infatigable cocodrilo. </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0);"> <span style="font-family: Arial;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/peterpan/Family.GIF" align="left" border="0" height="201" width="301" />E</span><span style="font-family: Arial;">l resto de los piratas no tardó en seguir el camino de su capitán y todos acabaron dándose un saludable baño de agua salada entre las risas de Peter Pan y de los demás niños. Ya era hora de volver al hogar. Peter intentó convencer a sus amigos para que se quedaran con él en el País de Nunca Jamás, pero los tres niños echaban de menos a sus padres y deseaban volver, así que Peter les llevó de nuevo a su casa. - ¡Quédate con nosotros! -pidieron los niños. - ¡Volved conmigo a mi país! -les rogó Peter Pan-. </span> </span> </b> </span> </p></td> </tr> <tr> <td> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-size: 100%;"> <b> <span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Arial;">N</span><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Arial;">o os hagáis mayores nunca. Aunque crezcáis, no perdáis nunca vuestra fantasía ni vuestra imaginación. De ese modo seguiremos siempre juntos. - ¡Prometido! -gritaron los tres niños mientras agitaban sus manos diciendo adiós. </span> </b> </span> </p></td></tr></tbody></table>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-83637902513968812212008-11-19T11:49:00.003-08:002008-11-19T11:49:43.480-08:00RICITOS DE ORO Y LOS TRES OSOS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia0cWywV5fW4ADwF_6RObom33cdx8VlMu4C3Y8mDffnE-mOjUPPozxkIHWbAm_2QOA_Xzv-mpKfJGZR-xvXkipseUX0yqreClQyZlFl7BSPwXmjfJWHvEQ_qvkSM_K7hxnMUbmpzzaFRft/s1600-h/13142.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 285px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia0cWywV5fW4ADwF_6RObom33cdx8VlMu4C3Y8mDffnE-mOjUPPozxkIHWbAm_2QOA_Xzv-mpKfJGZR-xvXkipseUX0yqreClQyZlFl7BSPwXmjfJWHvEQ_qvkSM_K7hxnMUbmpzzaFRft/s320/13142.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5262350569797318226" border="0" /></a><br /><p><b><span class="Estilo3">H</span></b><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span class="Estilo4">abía</span></b></span><span style="color: rgb(102, 51, 0); font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b> una vez una linda familia de osos.<br />Estaban el papá, don oso, doña Osa la mamá,<br />y el hijo el pequeño Osito.</b></span><br /><br /><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">-----Todos juntitos vivian en una pequeña casita en medio<br /> del bosque.</span></b></p><p><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);"> Don Oso tenia una voz bien grusa;<br /> y doña Osa la tenia suave, y el osito muy aguda como todos los niños.</span></b></p> <span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"> </span><p align="left"><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">¡Vengan a tomar la leche del desayuno!<br />llamó con voz dulce la mamá Osa. </span></b></span></p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><p><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">--Nos vamos a quemar--dijo don Oso, con su vozarrón;</span></b><br /><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);"><br /> --- demos primero un paseo por el bosque mientras se enfría la leche.<br /> </span></b></span></p> </span> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">---Vamos, mamá; acompañemos a papá a hacer el paseo</span></b></span></p> <span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"> </span><p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">Y salieron los tres muy alegres</span></b></span></p><p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">En eso pasó una niñita que tenia un hermoso cabello con rulitos y muy rubia,<br /> por eso le llamaban Ricitos de Oro.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">----La niña al ver una casa tan bonita, se acercó<br /> y llamó a la puerta, como nadie contestó,<br /> abrió con cuidado y entró a la casa.<br /> <br />En el comedor vio las tres tazas,<br />y junto a cada una los riquisimos panecillos calentitos.<br /> <br />---Ricitos de oro que tenia mucha hambre,<br />tomó la taza y probó:</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">¡Humm! ¡Que caliente está!---exclamó, la dejo sin poder probarla.<br /> <br /> Luego tomó la taza chica que ya estaba mas fria y con agrado la bebió toda. </span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">¡Oh, que rica está!-- dijo<br /> Luego Ricitos de oros viendo las tres sillas y las probó todas desde la mas grande hasta la mas pequeña.<br /> <br /> Como era muy curiosa, Risitos de Oro, entró en el dormitorio.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">Habia tres camas.<br /> <br /> Probó la cama grande y le pareció muy dura, luego la mediana y tampoco<br /> le gustó: </span></b></span><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">es demasiado blanda, y por último se sentó en la mas pequeña y alli se quedó dormida.<br />---Poco despues llegó la familia y fueron directo<br /> al comedor a tomar el desayuno.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">-------¿Quien habrá probado mi leche?<br /> ---exclamó don Oso con su voz tan gruesa.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">----Alguien ha probado tambien la mia</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">---dijo doña Osa con su voz tan suave.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">¡Ay, mamá, la mía se la tomó toda!---dijo casi llorando Osito con su vocecita aguda.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">Luego don Oso dice, un intruso se ha sentado en mi silla, y asi cada uno se dieron cuenta que alguien habia estado en la casa.</span></b></span></p><p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">Pasaron al dormitorio y cual no seria la sorpresa que el Osito curioso dijo alarmado.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">--¡En mi cama hay alguien acostado!</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">---Ricitos de oro despertó, entonces al ver a los tres osos se asustó muchísimo y saltando de la cama y quiso salir corriendo hacia el bosque,<br />pero osito que era buen corredor, la alcanzó rapidamente y la tranquilizó diciendole que no pensaban hacerle nada malo.</span></b></span></p> <p><span style="font-family: Arial,Arial,Helvetica;"><b><span style="color: rgb(102, 51, 0);">---La invitaron con mucho cariño a pasar el día con ellos, y así se hicieron amigos,<br /> Ricitos de Oro y la familia de don Oso.</span></b></span></p>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-17962523543915787132008-11-19T11:49:00.001-08:002008-11-19T11:49:16.606-08:00MERLIN<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP26-pSmBwp6vWHv4sJ6oMVHF2DCcIUkazX5uprKynNGd-MVpWOcjBkDH7lnDQFMBsCN61ZNCmUNw6LPeVm-pN_SV3RqB3zc1V5aFRu7X0RWmfF2vQQn_gQm62ZbcyNxLlk4iB-9FyBQ12/s1600-h/merlin01.gif"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP26-pSmBwp6vWHv4sJ6oMVHF2DCcIUkazX5uprKynNGd-MVpWOcjBkDH7lnDQFMBsCN61ZNCmUNw6LPeVm-pN_SV3RqB3zc1V5aFRu7X0RWmfF2vQQn_gQm62ZbcyNxLlk4iB-9FyBQ12/s400/merlin01.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5246338696630209298" border="0" /></a><br /><table id="table7" border="0" width="100%"><tbody><tr><td><p align="justify"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 130%;">Hace muchos años, cuando Inglaterra no era más que un puñado de reinos que batallaban entre sí, vino al mundo Arturo, hijo del rey Uther. La madre del niño murió al poco de nacer éste, y el padre se lo entregó al mago Merlín con el fin de que lo educara. El mago Merlín decidió llevar al pequeño al castillo de un noble, quien, además, tenía un hijo de corta edad llamado Kay. Para garantizar la seguridad del príncipe Arturo, Merlín no descubrió sus orígenes. Cada día Merlín explicaba al pequeño Arturo todas las ciencias conocidas y, como era mago, incluso le enseñaba algunas cosas de las ciencias del futuro y ciertas fórmulas mágicas. Los años fueron pasando y el rey Uther murió sin que nadie le conociera descendencia. </span> </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial;"> <span style="font-size: 130%;">Los nobles acudieron a Merlín para encontrar al monarca sucesor. Merlín hizo aparecer sobre una roca una espada firmemente clavada a un yunque de hierro, con una leyenda que decía: "Esta es la espada Excalibur. Quien consiga sacarla de este yunque, será rey de Inglaterra" Los nobles probaron fortuna pero, a pesar de todos sus esfuerzos, no consiguieron mover la espada ni un milímetro. Arturo y Kay, que eran ya dos apuestos muchachos, habían ido a la ciudad para asistir a un torneo en el que Kay pensaba participar. </span> </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial;"> <span style="font-size: 130%;">Cuando ya se aproximaba la hora, Arturo se dio cuenta de que había olvidado la espada de Kay en la posada. Salió corriendo a toda velocidad, pero cuando llegó allí, la puerta estaba cerrada. Arturo no sabía qué hacer. Sin espada, Kay no podría participar en el torneo. En su desesperación, miró alrededor y descubrió la espada Excalibur. </span> </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial;"> <span style="font-size: 130%;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/merlin/arthur01.gif" align="right" border="0" height="241" width="202" />Acercándose a la roca, tiró del arma. En ese momento un rayo de luz blanca descendió sobre él y Arturo extrajo la espada sin encontrar la menor resistencia. Corrió hasta Kay y se la ofreció. Kay se extrañó al ver que no era su espada. Arturo le explicó lo ocurrido. Kay vio la inscripción de "Excalibur" en la espada y se lo hizo saber a su padre. Éste ordenó a Arturo que la volviera a colocar en su lugar. Todos los nobles intentaron sacarla de nuevo, pero ninguno lo consiguió. Entonces Arturo tomó la empuñadura entre sus manos. Sobre su cabeza volvió a descender un rayo de luz blanca y Arturo extrajo la espada sin el menor esfuerzo. Todos admitieron que aquel muchachito sin ningún título conocido debía llevar la corona de Inglaterra, y desfilaron ante su trono, jurándole fidelidad. Merlín, pensando que Arturo ya no le necesitaba, se retiró a su morada. Pero no había transcurrido mucho tiempo cuando algunos nobles se alzaron en armas contra el rey Arturo.</span><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-size: 130%;">. </span> </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial;"> <span style="font-size: 130%;"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/merlin/merlin02.gif" align="left" border="0" height="245" width="213" />Merlín proclamó que Arturo era hijo del rey Uther, por lo que era rey legítimo. Pero los nobles siguieron en guerra hasta que, al fin, fueron derrotados gracias al valor de Arturo, ayudado por la magia de Merlín. Para evitar que lo ocurrido volviera a repetirse, Arturo creó la Tabla Redonda, que estaba formada por todos los nobles leales al reino. Luego se casó con la princesa Ginebra, a lo que siguieron años de prosperidad y felicidad tanto para Inglaterra como para Arturo. "Ya puedes seguir reinando sin necesidad de mis consejos -le dijo Merlín a Arturo-. Continúa siendo un rey justo y el futuro hablará de tí. </span> </span></p></td></tr></tbody></table>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-1616080489577785352008-11-19T11:48:00.001-08:002008-11-19T11:48:50.073-08:00LA BELLA DURMIENTE<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSKTh5mWRh9xSqMYQyUt-wY-LDas29HEkm_ZhSoi-xaRoeDYoekWPH9UUFGTQse7_Ecx_ONRWdjQknmgpiweQLMak3y760ueEzJJAfo3c7mofErbjCzEe1F-YvtAmUFw4rK_7CiQ46SokW/s1600-h/bella+durmiente.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSKTh5mWRh9xSqMYQyUt-wY-LDas29HEkm_ZhSoi-xaRoeDYoekWPH9UUFGTQse7_Ecx_ONRWdjQknmgpiweQLMak3y760ueEzJJAfo3c7mofErbjCzEe1F-YvtAmUFw4rK_7CiQ46SokW/s400/bella+durmiente.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5235424379985065346" border="0" /></a><br /><table id="table7" border="0" width="100%"><tbody><tr><td><span style="color: rgb(0, 0, 0);"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 130%;">Érase una vez... una reina que dio a luz una niña muy hermosa. Al bautismo invitó a todas las hadas de su reino, pero se olvidó, desgraciadamente, de invitar a la más malvada. </span> </span> </span> <p align="justify"> <span style="font-family: Arial;"> <span style="font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> A pesar de ello, esta hada maligna se presentó igualmente al castillo y, al pasar por delante de la cuna de la pequeña, dijo despechada: "¡A los dieciséis años te pincharás con un huso y morirás!" Un hada buena que había cerca, al oír el maleficio, pronunció un encantamiento a fin de mitigar la terrible condena: al pincharse en vez de morir, la muchacha permanecería dormida durante cien años y solo el beso de un joven príncipe la despertaría de su profundo sueño. Pasaron los años y la princesita se convirtió en la muchacha más hermosa del reino.</span></span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> El rey había ordenado quemar todos los husos del castillo para que la princesa no pudiera pincharse con ninguno. No obstante, el día que cumplía los dieciséis años, la princesa acudió a un lugar del castillo que todos creían deshabitado, y donde una vieja sirvienta, desconocedora de la prohibición del rey, estaba hilando. Por curiosidad, la muchacha le pidió a la mujer que le dejara probar. "No es fácil hilar la lana", le dijo la sirvienta. "Mas si tienes paciencia te enseñaré." La maldición del hada malvada estaba a punto de concretarse. La princesa se pinchó con un huso y cayó fulminada al suelo como muerta. Médicos y magos fueron llamados a consulta. Sin embargo, ninguno logró vencer el maleficio. El hada buena sabedora de lo ocurrido, corrió a palacio para consolar a su amiga la reina. </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/bella/fauna.gif" align="left" border="0" height="173" width="147" />La encontró llorando junto a la cama llena de flores donde estaba tendida la princesa. "¡No morirá! ¡Puedes estar segura!" la consoló, "Solo que por cien años ella dormirá" La reina, hecha un mar de lágrimas, exclamó: "¡Oh, si yo pudiera dormir!" Entonces, el hada buena pensó: 'Si con un encantamiento se durmieran todos, la princesa, al despertar encontraría a todos sus seres queridos a su entorno.' La varita dorada del hada se alzó y trazó en el aire una espiral mágica. Al instante todos los habitantes del castillo se durmieron. " ¡Dormid tranquilos! Volveré dentro de cien años para vuestro despertar." dijo el hada echando un último vistazo al castillo, ahora inmerso en un profundo sueño.</span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> En el castillo todo había enmudecido, nada se movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que lo rodeaban como una barrera impenetrable. En el transcurso del tiempo, el castillo quedó oculto con la maleza y fue olvidado de todo el mundo. Pero al término del siglo, un príncipe, que perseguía a un jabalí, llegó hasta sus alrededores. El animal herido, para salvarse de su perseguidor, no halló mejor escondite que la espesura de los zarzales que rodeaban el castillo. El príncipe descendió de su caballo y, con su espada, intentó abrirse camino. Avanzaba lentamente porque la maraña era muy densa. </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> <img src="http://pequelandia.org/cuentos/disney/bella/rey.gif" align="left" border="0" height="277" width="199" />Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al apartar una rama, vio... Siguió avanzando hasta llegar al castillo. El puente levadizo estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las riendas, entró, y cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en el patio, pensó con horror que estaban muertos, Luego se tranquilizó al comprobar que solo estaban dormidos. "¡Despertad! ¡Despertad!", chilló una y otra vez, pero en vano. Cada vez más extrañado, se adentró en el castillo hasta llegar a la habitación donde dormía la princesa. Durante mucho rato contempló aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sintió nacer en su corazón el amor que siempre había esperado en vano. Emocionado, se acercó a ella, tomó la mano de la muchacha y delicadamente la besó... Con aquel beso, de pronto la muchacha se desemperezó y abrió los ojos, despertando del largísimo sueño. </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"><span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> Al ver frente a sí al príncipe, murmuró: ¡Por fin habéis llegado! En mis sueños acariciaba este momento tanto tiempo esperado." El encantamiento se había roto. La princesa se levantó y tendió su mano al príncipe. En aquel momento todo el castillo despertó. Todos se levantaron, mirándose sorprendidos y diciéndose qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegría junto a la princesa, más hermosa y feliz que nunca. </span></p></td> </tr> <tr> <td><br /></td> </tr> <tr> <td> <p align="justify"> <span style="font-family: Arial; font-size: 130%; color: rgb(0, 0, 0);"> Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces inmerso en el silencio, se llenó de cantos, de música y de alegres risas con motivo de la boda. </span></p></td></tr></tbody></table>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-62819532972298732752008-11-19T11:47:00.003-08:002008-11-19T11:47:49.665-08:00CAPERUCITA ROJA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB7Vb07nMaAHGNryR0duLwDUt_1R5BasMyxVYBB4TwoictvFpL4JqQv9E1ETYidsV5du9sRPMCFeA_FeOrj0FcDH_cO48FxuuDMMsp-fuugDavlBlDyteeMYHttgwkzlZ2Xzrr_VR1dOfH/s1600-h/caperucita.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB7Vb07nMaAHGNryR0duLwDUt_1R5BasMyxVYBB4TwoictvFpL4JqQv9E1ETYidsV5du9sRPMCFeA_FeOrj0FcDH_cO48FxuuDMMsp-fuugDavlBlDyteeMYHttgwkzlZ2Xzrr_VR1dOfH/s400/caperucita.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5230384450796835842" border="0" /></a><br /><br /><img src="file:///C:/DOCUME%7E1/MONTSE%7E1/CONFIG%7E1/Temp/moz-screenshot.jpg" alt="" /><br />Érase una vez una pequeña y dulce coquetuela, a la que todo el mundo quería, con sólo verla una vez; pero quien más la quería era su abuela, que ya no sabía ni qué regalarle. En cierta ocasión le regaló una caperuza de terciopelo rojo, y como le sentaba tan bien y la niña no quería ponerse otra cosa, todos la llamaron de ahí en adelante Caperucita Roja.<br /><br />Un buen día la madre le dijo :<br /><br />- Mira Caperucita Roja, aquí tienes un trozo de torta y una botella de vino para llevar a la abuela, pues está enferma y débil, y esto la reanimará. Arréglate antes de que empiece el calor, y cuando te marches, anda con cuidado y no te apartes del camino: no vaya a ser que te caigas, se rompa la botella y la abuela se quede sin nada. Y cuando llegues a su casa, no te olvides de darle los buenos días, y no te pongas a hurguetear por cada rincón.<br /><br />- Lo haré todo muy bien, seguro - asintió Caperucita Roja, besando a su madre.<br /><br />La abuela vivía lejos, en el bosque, a media hora de la aldea. Cuando Caperucita Roja llegó al bosque, salió a su encuentro el lobo, pero la niña no sabía qué clase de fiera maligna era y no se asustó.<br /><br />- ¡Buenos días, Caperucita Roja! - la saludó el lobo.<br /><br />- ¡Buenos días, lobo!<br /><br />- ¿A dónde vas tan temprano, Caperucita Roja? -dijo el lobo.<br /><br />- A ver a la abuela.<br /><br />- ¿Qué llevas en tu canastillo?<br /><br />- Torta y vino; ayer estuvimos haciendo pasteles en el horno; la abuela está enferma y débil y necesita algo bueno para fortalecerse.<br /><br />- Dime, Caperucita Roja, ¿dónde vive tu abuela?<br /><br />- Hay que caminar todavía un buen cuarto de hora por el bosque; su casa se encuentra bajo las tres grandes encinas; están también los avellanos; pero eso, ya lo sabrás -dijo Caperucita Roja.<br /><br />El lobo pensó: "Esta joven y delicada cosita será un suculento bocado, y mucho más apetitoso que la vieja. Has de comportarte con astucia si quieres atrapar y tragar a las dos". Entonces acompañó un rato a la niña y luego le dijo :<br /><br />- Caperucita Roja, mira esas hermosas flores que te rodean; sí, pues, ¿por qué no miras a tu alrededor?; me parece que no estás escuchando el melodioso canto de los pajarillos, ¿no es verdad? Andas ensimismada como si fueras a la escuela, ¡y es tan divertido corretear por el bosque!<br /><br />Caperucita Roja abrió mucho los ojos, y al ver cómo los rayos del sol danzaban, por aquí y por allá, a través de los árboles, y cuántas preciosas flores había, pensó: "Si llevo a la abuela un ramo de flores frescas se alegrará; y como es tan temprano llegaré a tiempo". Y apartándose del camino se adentró en el bosque en busca de flores. Y en cuanto había cortado una, pensaba que más allá habría otra más bonita y, buscándola, se internaba cada vez más en el bosque. Pero el lobo se marchó directamente a casa de la abuela y golpeó a la puerta.<br /><br />- ¿Quién es?<br /><br />- Soy Caperucita Roja, que te trae torta y vino; ábreme.<br /><br />- No tienes más que girar el picaporte - gritó la abuela-; yo estoy muy débil y no puedo levantarme.<br /><br />El lobo giró el picaporte, la puerta se abrió de par en par, y sin pronunciar una sola palabra, fue derecho a la cama donde yacía la abuela y se la tragó. Entonces, se puso las ropas de la abuela, se colocó la gorra de dormir de la abuela, cerró las cortinas, y se metió en la cama de la abuela.<br /><br />Caperucita Roja se había dedicado entretanto a buscar flores, y cogió tantas que ya no podía llevar ni una más; entonces se acordó de nuevo de la abuela y se encaminó a su casa. Se asombró al encontrar la puerta abierta y, al entrar en el cuarto, todo le pareció tan extraño que pensó: ¡Oh, Dios mío, qué miedo siento hoy y cuánto me alegraba siempre que veía a la abuela!". Y dijo :<br /><br />- Buenos días, abuela.<br /><br />Pero no obtuvo respuesta. Entonces se acercó a la cama, y volvió a abrir las cortinas; allí yacía la abuela, con la gorra de dormir bien calada en la cabeza, y un aspecto extraño.<br /><br />- Oh, abuela, ¡qué orejas tan grandes tienes!<br /><br />- Para así, poder oírte mejor.<br /><br />- Oh, abuela, ¡qué ojos tan grandes tienes!<br /><br />- Para así, poder verte mejor.<br /><br />- Oh, abuela, ¡qué manos tan grandes tienes!<br /><br />- Para así, poder cogerte mejor.<br /><br />- Oh, abuela, ¡qué boca tan grandes y tan horrible tienes!<br /><br />- Para comerte mejor.<br /><br />No había terminado de decir esto el lobo, cuando saltó fuera de la cama y devoró a la pobre Caperucita Roja.<br /><br />Cuando el lobo hubo saciado su voraz apetito, se metió de nuevo en la cama y comenzó a dar sonoros ronquidos. Acertó a pasar el cazador por delante de la casa, y pensó: "¡Cómo ronca la anciana!; debo entrar a mirar, no vaya a ser que le pase algo". Entonces, entró a la alcoba, y al acercarse a la cama, vio tumbado en ella al lobo.<br /><br />- Mira dónde vengo a encontrarte, viejo pecador! – dijo -; hace tiempo que te busco.<br /><br />Entonces le apuntó con su escopeta, pero de pronto se le ocurrió que el lobo podía haberse comido a la anciana y que tal vez podría salvarla todavía. Así es que no disparó sino que cogió unas tijeras y comenzó a abrir la barriga del lobo. Al dar un par de cortes, vio relucir la roja caperuza; dio otros cortes más y saltó la niña diciendo :<br /><br />- ¡Ay, qué susto he pasado, qué oscuro estaba en el vientre del lobo!<br /><br />Y después salió la vieja abuela, también viva aunque casi sin respiración. Caperucita Roja trajo inmediatamente grandes piedras y llenó la barriga del lobo con ellas. Y cuando el lobo despertó, quiso dar un salto y salir corriendo, pero el peso de las piedras le hizo caer, se estrelló contra el suelo y se mató.<br />Los tres estaban contentos. El cazador le arrancó la piel al lobo y se la llevó a casa. La abuela se comió la torta y se bebió el vino que Caperucita Roja había traído y Caperucita Roja pensó: "Nunca más me apartaré del camino y adentraré en el bosque cuando mi madre me lo haya pedido."Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-13622950577063171272008-11-19T11:47:00.001-08:002008-11-19T11:47:14.582-08:00EL GATO CON BOTAS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIHQXLDxYBJCMLTwVrQVbrQwnSzeHeRTWa8u3IIrx8ApSRKF8K8CHx4s5hW2iayq88RvJqRc7lieCsaIeQ8sx404QXlIpPKYnWH782WQgyK57jMi-jH-SBlu5q5Lngu1Pd4_dci7cB8qhy/s1600-h/Gato1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIHQXLDxYBJCMLTwVrQVbrQwnSzeHeRTWa8u3IIrx8ApSRKF8K8CHx4s5hW2iayq88RvJqRc7lieCsaIeQ8sx404QXlIpPKYnWH782WQgyK57jMi-jH-SBlu5q5Lngu1Pd4_dci7cB8qhy/s320/Gato1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5229124400395326466" border="0" /></a><br /><!-- PANELL CENTRAL --> <!-- PANELL CONTE Mostra l'estructura bàsica d'un conte --> <p>Un molinero dejó, como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario. Habrían consumido todo el pobre patrimonio.El mayor recibió el molino, el segundo se quedó con el burro y al menor le tocó sólo el gato. Este se lamentaba de su mísera herencia:<br /></p>-Mis hermanos -decía- podrán ganarse la vida convenientemente trabajando juntos; lo que es yo, después de comerme a mi gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.<br /><br />El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido, le dijo en tono serio y pausado:<br /><br />-No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.<br /><br />Aunque el amo del gato no abrigara sobre esto grandes ilusiones, le había visto dar tantas muestras de agilidad para cazar ratas y ratones, como colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, que no desesperó de verse socorrido por él en su miseria.<br /><br />Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se colocó las botas y echándose la bolsa al cuello, sujetó los cordones de ésta con las dos patas delanteras, y se dirigió a un campo donde había muchos conejos. Puso afrecho y hierbas en su saco y tendiéndose en el suelo como si estuviese muerto, aguardó a que algún conejillo, poco conocedor aún de las astucias de este mundo, viniera a meter su hocico en la bolsa para comer lo que había dentro. No bien se hubo recostado, cuando se vio satisfecho. Un atolondrado conejillo se metió en el saco y el maestro gato, tirando los cordones, lo encerró y lo mató sin misericordia.<br /><br />Muy ufano con su presa, fuese donde el rey y pidió hablar con él. Lo hicieron subir a los aposentos de Su Majestad donde, al entrar, hizo una gran reverencia ante el rey, y le dijo:<br /><br />-He aquí, Majestad, un conejo de campo que el señor Marqués de Carabás (era el nombre que inventó para su amo) me ha encargado obsequiaros de su parte.<br /><br />-Dile a tu amo, respondió el Rey, que le doy las gracias y que me agrada mucho.<br /><br />En otra ocasión, se ocultó en un trigal, dejando siempre su saco abierto; y cuando en él entraron dos perdices, tiró los cordones y las cazó a ambas. Fue en seguida a ofrendarlas al Rey, tal como había hecho con el conejo de campo. El Rey recibió también con agrado las dos perdices, y ordenó que le diesen de beber.<br /><br />El gato continuó así durante dos o tres meses llevándole de vez en cuando al Rey productos de caza de su amo. Un día supo que el Rey iría a pasear a orillas del río con su hija, la más hermosa princesa del mundo, y le dijo a su amo:<br /><br />-Sí queréis seguir mi consejo, vuestra fortuna está hecha: no tenéis más que bañaros en el río, en el sitio que os mostraré, y en seguida yo haré lo demás.<br /><br />El Marqués de Carabás hizo lo que su gato le aconsejó, sin saber de qué serviría. Mientras se estaba bañando, el Rey pasó por ahí, y el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:<br /><br />-¡Socorro, socorro! ¡El señor Marqués de Carabás se está ahogando!<br /><br />Al oír el grito, el Rey asomó la cabeza por la portezuela y, reconociendo al gato que tantas veces le había llevado caza, ordenó a sus guardias que acudieran rápidamente a socorrer al Marqués de Carabás. En tanto que sacaban del río al pobre Marqués, el gato se acercó a la carroza y le dijo al Rey que mientras su amo se estaba bañando, unos ladrones se habían llevado sus ropas pese a haber gritado ¡al ladrón! con todas sus fuerzas; el pícaro del gato las había escondido debajo de una enorme piedra.<br /><br />El Rey ordenó de inmediato a los encargados de su guardarropa que fuesen en busca de sus más bellas vestiduras para el señor Marqués de Carabás. El Rey le hizo mil atenciones, y como el hermoso traje que le acababan de dar realzaba su figura, ya que era apuesto y bien formado, la hija del Rey lo encontró muy de su agrado; bastó que el Marqués de Carabás le dirigiera dos o tres miradas sumamente respetuosas y algo tiernas, y ella quedó locamente enamorada.<br /><br />El Rey quiso que subiera a su carroza y lo acompañara en el paseo. El gato, encantado al ver que su proyecto empezaba a resultar, se adelantó, y habiendo encontrado a unos campesinos que segaban un prado, les dijo:<br /><br />-Buenos segadores, si no decís al Rey que el prado que estáis segando es del Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.<br /><br />Por cierto que el Rey preguntó a los segadores de quién era ese prado que estaban segando.<br /><br />-Es del señor Marqués de Carabás -dijeron a una sola voz, puesto que la amenaza del gato los había asustado.<br /><br />-Tenéis aquí una hermosa heredad -dijo el Rey al Marqués de Carabás.<br /><br />-Veréis, Majestad, es una tierra que no deja de producir con abundancia cada año.<br /><br />El maestro gato, que iba siempre delante, encontró a unos campesinos que cosechaban y les dijo:<br /><br />-Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.<br /><br />El Rey, que pasó momentos después, quiso saber a quién pertenecían los campos que veía.<br /><br />-Son del señor Marqués de Carabás, contestaron los campesinos, y el Rey nuevamente se alegró con el Marqués.<br /><br />El gato, que iba delante de la carroza, decía siempre lo mismo a todos cuantos encontraba; y el Rey estaba muy asombrado con las riquezas del señor Marqués de Carabás.<br /><br />El maestro gato llegó finalmente ante un hermoso castillo cuyo dueño era un ogro, el más rico que jamás se hubiera visto, pues todas las tierras por donde habían pasado eran dependientes de este castillo.<br /><br />El gato, que tuvo la precaución de informarse acerca de quién era este ogro y de lo que sabía hacer, pidió hablar con él, diciendo que no había querido pasar tan cerca de su castillo sin tener el honor de hacerle la reverencia. El ogro lo recibió en la forma más cortés que puede hacerlo un ogro y lo invitó a descansar.<br /><br />-Me han asegurado -dijo el gato- que vos tenías el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante.<br /><br />-Es cierto -respondió el ogro con brusquedad- y para demostrarlo veréis cómo me convierto en león.<br /><br />El gato se asustó tanto al ver a un león delante de él que en un santiamén se trepó a las canaletas, no sin pena ni riesgo a causa de las botas que nada servían para andar por las tejas.<br /><br />Algún rato después, viendo que el ogro había recuperado su forma primitiva, el gato bajó y confesó que había tenido mucho miedo.<br /><br />-Además me han asegurado -dijo el gato- pero no puedo creerlo, que vos también tenéis el poder de adquirir la forma del más pequeño animalillo; por ejemplo, que podéis convertiros en un ratón, en una rata; os confieso que eso me parece imposible.<br /><br />-¿Imposible? -repuso el ogro- ya veréis-; y al mismo tiempo se transformó en una rata que se puso a correr por el piso.<br /><br />Apenas la vio, el gato se echó encima de ella y se la comió.<br /><br />Entretanto, el Rey, que al pasar vio el hermoso castillo del ogro, quiso entrar. El gato, al oír el ruido del carruaje que atravesaba el puente levadizo, corrió adelante y le dijo al Rey:<br /><br />-Vuestra Majestad sea bienvenida al castillo del señor Marqués de Carabás.<br /><br />-¡Cómo, señor Marqués -exclamó el rey- este castillo también os pertenece! Nada hay más bello que este patio y todos estos edificios que lo rodean; veamos el interior, por favor.<br /><br />El Marqués ofreció la mano a la joven Princesa y, siguiendo al Rey que iba primero, entraron a una gran sala donde encontraron una magnífica colación que el ogro había mandado preparar para sus amigos que vendrían a verlo ese mismo día, los cuales no se habían atrevido a entrar, sabiendo que el Rey estaba allí.<br /><br />El Rey, encantado con las buenas cualidades del señor Marqués de Carabás, al igual que su hija, que ya estaba loca de amor viendo los valiosos bienes que poseía, le dijo, después de haber bebido cinco o seis copas:<br /><br />-Sólo dependerá de vos, señor Marqués, que seáis mi yerno.<br /><br />El Marqués, haciendo grandes reverencias, aceptó el honor que le hacia el Rey; y ese mismo día se casó con la Princesa. El gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras las ratas sino para divertirse.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-71750422971185736802008-11-19T11:46:00.003-08:002008-11-19T11:46:43.667-08:00LA LECHERA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcz5_UFRMCSmDjrwwBMc3rS_8I0b14CHohzH4Hh10BthM0Mzhr2mi6N4w32R8ZSANrmdhsbY8VrFXx12Dsprue5iQvDVGiIzEGnRt93Ncnbl66Tsd7f9LreVTp-6EKnQq2tVRVdkCUtYmS/s1600-h/1085831626_65463f34a2.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcz5_UFRMCSmDjrwwBMc3rS_8I0b14CHohzH4Hh10BthM0Mzhr2mi6N4w32R8ZSANrmdhsbY8VrFXx12Dsprue5iQvDVGiIzEGnRt93Ncnbl66Tsd7f9LreVTp-6EKnQq2tVRVdkCUtYmS/s320/1085831626_65463f34a2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5227013050971476146" border="0" /></a><br /><br /><p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">Iba alegre la lechera camino del mercado. Con paso vivo, sencilla y graciosa, sostenía sobre su cabeza un cántaro lleno de leche. Ese día se sentía realmente feliz y a medida que se iba acercando al pueblo, su dicha aumentaba.¿Por qué? Porque la gentil lechera caminaba acompañada por sus pensamientos y con la imaginación veía muchas cosas hermosas para el futuro.</span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">"Sí-pensaba-.Ahora llegaré al mercado y encontraré en seguida comprador para esta riquísima leche. Sin duda, han de pagármela a buen precio, que bien lo vale.</span></p> <p align="center"><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">"En cuanto consiga el dinero, allí mismo compraré un canasto de huevos. Lo llevaré a mi cabaña y de ese montón de huevos, lograré sacar , ya hacia el verano, cien pollos por lo menos. ¡Ah, que feliz me siento de pensarlo solamente! Me rodearán esos cien pollos piando y piando y no dejaré que se le acerque zorra ni comadreja enemiga.<span style="z-index: 2;"><br /></span></span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">"Una vez que tenga mis cien pollos, volveré al mercado. Y entonces, entonces...los venderé para comprar un cerdo.</span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">"Sí, un cerdo, no muy grande, un lechoncito rosado. ¡Ya me encargaré yo de cebarlo! Crecerá y se pondrá gordo, porque estará bien alimentado con bellotas y castañas. Será un cerdo enorme, con una barriga que ha de arrastrarse por el suelo. Yo lo conseguiré."</span></p> <p align="center"><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">Siguió la lechera su camino, sonriendo ante la idea de ser dueña de tan robusto animal. ¿Que haría? Lo pensó un instante. Y otra vez una sonrisa de felicidad iluminó su linda carita.</span> <span style="font-size: 100%;"><br /></span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">"Claro está. Ya se lo que me conviene. Ese cerdo magnífico bien valdrá un buen dinero. ¡Con él me compraré una vaca! ¡Una vaca y ...un ternero! ¡Ah, que gusto ver al ternerito saltar y correr en mi cabaña!"</span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">Ya se imaginó la lechera correteando junto al ternerito. Y al pensarlo, río alegremente a tiempo que daba un salto.¡Hay cuanta desdicha siguió a su alegría! Al dar el salto , cayó de su cabeza el cántaro que se rompió en mil pedazos.</span></p> <p><span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: Georgia,Times New Roman,Times,serif; font-size: 100%;">La pobre lechera miró desolada cómo la tierra tragaba el blanco líquido. Ya no había leche, ni habría pollos, ni cerdo, ni vaca, ni ternero. Todas sus ilusiones se habían perdido para siempre, junto con el cántaro roto y la leche derramada en el camino.</span></p>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-17702391366872215382008-11-19T11:46:00.001-08:002008-11-19T11:46:14.135-08:00BAMBI<p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Un linda mañana de primavera una gran novedad despierta a todos los animales del bosque, todos <img src="http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi2000/neuquen/bambi/nace.JPG" align="left" border="0" height="135" width="160" />corren muy contentos a conocer al pequeño príncipe llamado Bambi ,que acaba de nacer.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">El pequeño intenta con mucha torpeza ponerse de pie, pero sin éxito cae rápidamente; a él se le acerca Tambor, un conejo muy simpático que trata de acercársele.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Pasan algunos días y Bambi y su madre salen a pasear al bosque, donde se encuentran con muchos animales desconocidos para el pequeñín. A su encuentro sale Tambor con algunos amiguitos.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Pobre Bambi... tiene mucho que aprender confunde nombres de flores con animales y todavía no puede pronunciar correctamente las palabras.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Un día su madre lo llevó a pasear por el campo donde conoció a falina, una cierva que se en<img src="http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi2000/neuquen/bambi/falina.JPG" align="right" border="0" height="83" width="92" />contraba allí. Bambi estaba muy avergonzado por la presecia de ella, pero rapidamente se hicieron amigos. <o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">De pronto... todos se detienen frente a un ciervo que se destaca por su gran imponencia, era el rey<span style="font-family: Comic Sans MS;" lang="ES-TRAD">,</span><span style=""> </span>y Bambi con un poco de miedo se esconde entre las patas de su mamá.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">El otoño paso y el paisaje se cubrió de blanco, el invierno había llegado.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Fueron pasando los días... hasta que una mañana el sonido de disparos invadió el bosque y alertó a todos los animales:<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; text-indent: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Comic Sans MS;"><span style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; font-family: Times New Roman;"><span style="color: rgb(51, 102, 0);"> </span> </span><span style="color: rgb(51, 102, 0);"><span style="" lang="ES-TRAD">-</span><span style="">Deprisa Bambi! Sálvate, corre para el bosque!<o:p> </o:p> </span></span></span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Bambi corrió sin rumbo y con desesperación elevo un grito desgarrador llamando a su madre.<o:p> </o:p></span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; text-indent: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">-<span style="font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; font-family: Times New Roman;"> - </span><span style="font-family: Comic Sans MS;">M</span><span style="">amaaaaaaaaaa!.<o:p> </o:p> </span></span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Bambi elevó los ojos y vio a el gran ciervo rey, y comprendió que él era su padre y que su pobre madre habia muerto.<o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">La primavera llegó invadiendo todo con amor, encontrando a Tambor y a Bambi más grandes y cada ves más amigos. <o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Mientras paseaban, Bambi se encontró nuevamente con Falina y muy emocionado</span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;"> comienza a perseguirla. Pero de repente... otro ciervo enfrenta a Bambi disputando a Falina. Bambi gana la pelea y de ésta manera demuestra que es capaz de defender a la cierva. <o:p> </o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Vuelve el otoño y con él los cazadores y sus perros de caza. Una de las bala alcanza a Bambi que cae tendido sobre la tierra.<o:p> <img src="http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi2000/neuquen/bambi/fuego.JPG" align="right" border="0" height="128" width="168" /></o:p> </span> </span> </b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="" lang="ES-TRAD"><span style="color: rgb(51, 102, 0); font-family: Comic Sans MS;">Mientras tanto el viento reaviva una hoguera mal apagada y el fuego se extiende por todo el bosque. El papá de Bambi surgió en medio de las llamas para socorrerlo. Bambi se ha salvado, Falina y sus amiguitos también.</span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"><span style="font-size: 100%;"><b><span style="font-family: Comic Sans MS;"><span style=""><span style="color: rgb(51, 102, 0);">El tiempo pasa y los árboles jóvenes se prepararon para la llegada de la primavera, que trae consigo la dicha de que Bambi y Falina sean padres de dos hermosos ciervitos viviendo bajo los arrayanes de aquel bosque encantado.<o:p> </o:p></span> <span style="" lang="ES-TRAD"> </span></span></span></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="justify"> </p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0pt; line-height: 150%; word-spacing: 0pt; text-indent: 0pt; color: rgb(0, 0, 0);" align="center"><span style="font-size: 100%;"><img src="http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi2000/neuquen/bambi/flia.JPG" border="0" height="166" width="172" /></span></p>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-57345163342691432572008-11-19T11:45:00.001-08:002008-11-19T11:45:43.173-08:00BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS<p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Había una vez una niña muy bonita, una pequeña princesa que tenía un cutis blanco como la nieve, labios y mejillas rojos como la sangre, y cabellos negros como el azabache. Su nombre era Blancanieves. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">A medida que crecía la princesa, su belleza aumentaba día tras día hasta que su madrastra, la reina, se puso muy celosa. Llegó un día en que la malvada madrastra no pudo tolerar más su presencia y ordenó a un cazador que la llevara al bosque y la matara. Como ella era tan joven y bella, el cazador se apiadó de la niña y le aconsejó que buscara un escondite en el bosque. </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="center"><span style=""><b><o:p> </o:p> <span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;"> <img src="http://www.emma-arvo.net/iblancanibrujapaje.gif" border="0" height="268" width="184" /></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Blancanieves corrió tan lejos como se lo permitieron sus piernas, tropezando con rocas y troncos de árboles que la lastimaban. Por fin, cuando ya caía la noche, encontró una casita y entró para descansar. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Todo en aquella casa era pequeño, pero más lindo y limpio de lo que se pueda imaginar. Cerca de la chimenea estaba puesta una mesita con siete platos muy pequeñitos, siete tacitas de barro y al otro lado de la habitación se alineaban siete camitas muy ordenadas. La princesa, cansada, se echó sobre tres de las camitas, y se quedó profundamente dormida.</span></b><span style=""><span style="color: rgb(0, 31, 94);"><b><span style="font-family: Arial; font-size: 100%;"> </span></b></span></span><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;"><b><o:p> </o:p> </b></span></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Cuando llegó la noche, los dueños de la casita regresaron. Eran siete enanitos, que todos los días salían para trabajar en las minas de oro, muy lejos, en el corazón de las montañas.<o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="center"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;"><img src="http://www.emma-arvo.net/iblancanisietenanos.gif" border="0" height="194" width="633" /> <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">-¡Caramba, qué bella niña! -exclamaron sorprendidos-. ¿Y cómo llegó hasta aquí?. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Se acercaron para admirarla cuidando de no despertarla. Por la mañana, Blancanieves sintió miedo al despertarse y ver a los siete enanitos que la rodeaban.<o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Ellos la interrogaron tan suavemente que ella se tranquilizó y les contó su triste historia. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">-Si quieres cocinar, coser y lavar para nosotros -dijeron los enanitos-, puedes quedarte aquí y te cuidaremos siempre. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="center"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Blancanieves aceptó contenta. Vivía muy alegre con los enanitos, preparándoles la comida y cuidando de la casita. Todas las mañanas se paraba en la puerta y los despedía con la mano cuando los enanitos salían para su trabajo.<o:p><br /></o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="justify"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Pero ellos le advirtieron:<o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">-Cuídate. Tu madrastra puede saber que vives aquí y tratará de hacerte daño. <o:p> </o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">La madrastra, que de veras era una bruja, y consultaba a su espejo mágico para ver si existía alguien más bella que ella,<span style=""> </span>descubrió que Blancanieves vivía en casa de los siete enanitos. </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;"> Se puso furiosa y decidió matarla ella misma. Disfrazada de vieja, la malvada reina preparó una manzana con veneno, cruzó las siete montañas y llegó a casa de los enanitos.<o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="center"><span style="color: rgb(0, 31, 94);"><img src="http://www.emma-arvo.net/iblancanibrujamanzana.gif" border="0" height="290" width="233" /></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Blancanieves, que sentía una gran soledad durante el día, pensó que aquella viejita no podía ser peligrosa. La invitó a entrar y aceptó agradecida la manzana, al parecer deliciosa, que la bruja le ofreció. Pero, con el primer mordisco que dio a la fruta, Blancanieves cayó como muerta.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Aquella noche, cuando los siete enanitos llegaron a la casita, encontraron a Blancanieves en el suelo. No respiraba ni se movía.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Los enanitos lloraron amargamente porque la querían con delirio. Por tres días velaron su cuerpo, que seguía conservando su belleza -cutis blanco como la nieve, mejillas y labios rojos como la sangre, y cabellos negros como el azabache.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">-No podemos poner su cuerpo bajo tierra -dijeron los enanitos.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Hicieron un ataúd de cristal, y colocándola allí, la llevaron a la cima de una montaña. Todos los días los enanitos iban a velarla.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Un día el príncipe, que paseaba en su gran caballo blanco, vio a la bella niña en su caja de cristal y pudo escuchar la historia de labios de los enanitos.<o:p> </o:p></span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" align="center"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;"> <o:p> <img src="http://www.emma-arvo.net/iblancanicorazonbeso.gif" border="0" height="233" width="243" /></o:p> </span></b></span></p> <p class="MsoPlainText" style="text-align: justify;"><span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Se enamoró de Blancanieves y logró que los enanitos le permitieran llevar el cuerpo al palacio donde prometió adorarla siempre. Pero cuando movió la caja de cristal tropezó y el pedazo de manzana que había comido Blancanieves se desprendió de su garganta. Ella despertó de su largo sueño y se sentó.<o:p> <o:p> </o:p> </o:p></span></b></span></p> <span style=""><b><span style="color: rgb(0, 31, 94); font-family: Arial; font-size: 100%;">Hubo gran regocijo, y los enanitos bailaron alegres mientras Blancanieves aceptaba ir al palacio y casarse con el príncipe</span></b></span>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-18459628635250737282008-11-19T11:44:00.001-08:002008-11-19T11:44:48.401-08:00LOS TRES CERDITOS<h3 class="post-title entry-title"> <a href="http://carlitosmontse-cuentosparayaizaojoel.blogspot.com/2008/07/los-tres-cerditos.html"><br /></a> </h3> <a href="http://s204.photobucket.com/albums/bb276/roninmessi/?action=view&current=3cerditos.jpg" target="_blank"><img src="http://i204.photobucket.com/albums/bb276/roninmessi/3cerditos.jpg" alt="los tres cerditos" border="0" /></a><br /><br />Junto a sus papás, tres cerditos habían crecido alegremente en una cabaña del bosque. Y cómo ya eran mayores, sus papás decidieron que era hora de que hicieran, cada uno, su propia casa.<br />Los tres cerditos se despidieron de sus papás, y fueron a ver cómo era el mundo.<br /><br />El primer cerdito, el perezoso de la familia, decidió hacer una casa de paja. En un minuto la choza estaba hecha. Y entonces se echó a dormir.<br /><br />El segundo cerdito, un glotón, prefirió hacer una cabaña de madera. No tardó mucho en construirla. Y luego se echó a comer manzanas.<br /><br />El tercer cerdito, muy trabajador, optó por construirse una casa de ladrillos y cemento. Tardaría mas en construirla pero se sentiría mas protegido. Después de un día de mucho trabajo, la casa quedó preciosa. Pero ya se empezaba a oír los aullidos del lobo en el bosque.<br /><br />No tardó mucho para que el lobo se acercara a las casas de los tres cerditos. Hambriento, el lobo se dirigió a la primera casa y dijo:<br />- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!.<br />Cómo el cerdito no la abrió, el lobo sopló con fuerza, y derrumbó la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, salió corriendo y entró en la casa de madera de su hermano.<br />El lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamó a la puerta, y dijo:<br />- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!<br />Pero el segundo cerdito no la abrió y el lobo sopló y sopló, y la cabaña se fue por los aires. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su hermano.<br />Pero, cómo el lobo estaba decidido a comérselos, llamó a la puerta y gritó:<br />- ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!<br />Y el cerdito trabajador le dijo:<br />- ¡Soplas lo que quieras, pero no la abriré!<br /><br />Entonces el lobo sopló y sopló. Sopló con todas sus fuerzas, pero la casa no se movió. La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se quedó casi sin aire.<br />Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no desistía.<br />Trajo una escalera, subió al tejado de la casa y se deslizó por el pasaje de la chimenea. Estaba empeñado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos como fuera. Pero lo que él no sabía es que los cerditos pusieron al final de la chimenea, un caldero con agua hirviendo.<br />Y el lobo, al caerse por la chimenea acabó quemándose con el agua caliente. Dio un enorme grito y salió corriendo para nunca mas volver.<br />Y así, los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y tanto el perezoso como el glotón aprendieron que solo con el trabajo se consigue las cosas.Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-34513419909531859402008-11-19T11:36:00.001-08:002008-11-19T11:36:23.354-08:00PULGARCITO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHyKjaetJGLjLK4e_yxnYqmDZGB6XUCvk3vNpWNYnLwg93b74cPdDI6deTxq_4xWC2yqtRC39A1XbBAJsLFdvZ-siIj9c0FNNJZYhxfrD19vKnSJmsXLG4r2mPIK5bgKVl0_DqSMbXl1ir/s1600-h/2449378688.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHyKjaetJGLjLK4e_yxnYqmDZGB6XUCvk3vNpWNYnLwg93b74cPdDI6deTxq_4xWC2yqtRC39A1XbBAJsLFdvZ-siIj9c0FNNJZYhxfrD19vKnSJmsXLG4r2mPIK5bgKVl0_DqSMbXl1ir/s400/2449378688.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5219821740672243442" border="0" /></a><br /><br /><div style="width: 45%; float: left;">Érase una vez un pobre campesino. Una noche se encontraba sentado, atizando el fuego, mientras que su esposa hilaba sentada junto a él. Ambos se lamentaban de hallarse en un hogar sin niños.<br /><br />-¡Qué triste es no tener hijos! -dijo él-. En esta casa siempre hay silencio, mientras que en los demás hogares hay tanto bullicio y alegría...<br /><br />-¡Es verdad! -contestó la mujer suspirando-. Si por lo menos tuviéramos uno, aunque fuese muy pequeño y no mayor que el pulgar, seríamos felices y lo querríamos de todo corazón.<br /><br />Y entonces sucedió que la mujer se indispuso y, después de siete meses, dio a luz a un niño completamente normal en todo, si exceptuamos que no era más grande que un dedo pulgar.<br /><br />-Es tal como lo habíamos deseado. Va a ser nuestro hijo querido.<br /><br />Y debido a su tamaño lo llamaron Pulgarcito. No le escatimaron la comida, pero el niño no creció y se quedó tal como era en el momento de nacer. Sin embargo, tenía una mirada inteligente y pronto dio muestras de ser un niño listo y hábil, al que le salía bien cualquier cosa que se propusiera.<br /><br />Un día, el campesino se aprestaba a ir al bosque a cortar leña y dijo para sí:<br /><br />-Ojalá tuviera a alguien que me llevase el carro.<br /><br />-¡Oh, padre! -exclamó Pulgarcito- ¡Ya te llevaré yo el carro! ¡Puedes confiar en mí! En el momento oportuno lo tendrás en el bosque.<br /><br />El hombre se echó a reír y dijo:<br /><br />-¿Cómo podría ser eso? Eres demasiado pequeño para llevar de las bridas al caballo.<br /><br />-¡Eso no importa, padre! Si mamá lo engancha, yo me pondré en la oreja del caballo y le iré diciendo al oido por dónde ha de ir.<br /><br />-¡Está bien! -contestó el padre-, probaremos una vez.<br /><br />Cuando llegó la hora, la madre enganchó el carro y colocó a Pulgarcito en la oreja del caballo, donde el pequeño se puso a gritarle por dónde tenía que ir, tan pronto con un "¡Heiii!", como con un "¡Arre!". Todo fue tan bien como si un conductor de experiencia condujese el carro, encaminándose derecho hacia el bosque.<br /><br />Sucedió que, justo al doblar un recodo del camino, cuando el pequeño iba gritando "¡Arre! ¡Arre!" , acertaron a pasar por allí dos forasteros.<br /><br />-¡Cómo es eso! -dijo uno- ¿Qué es lo que pasa? Ahí va un carro, y alguien va arreando al caballo; sin embargo no se ve a nadie conduciéndolo.<br /><br />-Todo es muy extraño -dijo el otro-. Vamos a seguir al carro para ver dónde se para.<br /><br />Pero el carro se internó en pleno bosque y llegó justo al sitio donde estaba la leña cortada. Cuando Pulgarcito vio a su padre, le gritó:<br /><br />-¿Ves, padre? Ya he llegado con el carro. Bájame ahora del caballo.<br /><br />El padre tomó las riendas con la mano izquierda y con la derecha sacó a su hijo de la oreja del caballo. Pulgarcito se sentó feliz sobre una brizna de hierba. Cuando los dos forasteros lo vieron se quedaron tan sorprendidos que no supieron qué decir. Ambos se escondieron, diciéndose el uno al otro:<br /><br />-Oye, ese pequeñín bien podría hacer nuestra fortuna si lo exhibimos en la ciudad y cobramos por enseñarlo. Vamos a comprarlo.<br /><br />Se acercaron al campesino y le dijeron:<br /><br />-Véndenos al pequeño; estará muy bien con nosotros.<br /><br />-No -respondió el padre- es mi hijo querido y no lo vendería ni por todo el oro del mundo.<br /><br />Pero al oír esta propuesta, Pulgarcito trepó por los pliegues de la ropa de su padre, se colocó sobre su hombro y le susurró al oído:<br /><br />-Padre, véndeme, que ya sabré yo cómo regresar a casa.<br /><br />Entonces, el padre lo entregó a los dos hombres a cambio de una buena cantidad de dinero.<br /><br />-¿Dónde quieres sentarte? -le preguntaron.<br /><br />-¡Da igual ! Colocadme sobre el ala de un sombrero; ahí podré pasearme de un lado para otro, disfrutando del paisaje, y no me caeré.<br /><br />Cumplieron su deseo y, cuando Pulgarcito se hubo despedido de su padre, se pusieron todos en camino. Viajaron hasta que anocheció y Pulgarcito dijo entonces:<br /><br />-Bajadme un momento; tengo que hacer una necesidad.<br /><br />-No, quédate ahí arriba -le contestó el que lo llevaba en su cabeza-. No me importa. Las aves también me dejan caer a menudo algo encima.<br /><br />-No -respondió Pulgarcito-, yo también sé lo que son las buenas maneras. Bajadme inmediatamente.<br /><br />El hombre se quitó el sombrero y puso a Pulgarcito en un sembrado al borde del camino. Por un momento dio saltitos entre los terrones de tierra y, de repente, se metió en una madriguera que había localizado desde arriba.<br /><br />-¡Buenas noches, señores, sigan sin mí! -les gritó con un tono de burla.<br /><br />Los hombres se acercaron corriendo y rebuscaron con sus bastones en la madriguera del ratón, pero su esfuerzo fue inútil. Pulgarcito se arrastró cada vez más abajo y, como la oscuridad no tardó en hacerse total, se vieron obligados a regresar, burlados y con las manos vacías.<br /><br />Cuando Pulgarcito advirtió que se habían marchado, salió de la madriguera.<br /><br />-Es peligroso atravesar estos campos de noche -pensó-; sería muy fácil caerse y romperse un hueso.<br /><br />Por fortuna tropezó con una concha vacía de caracol.<br /><br />-¡Gracias a Dios! -exclamó- Ahí podré pasar la noche con tranquilidad.<br /><br />Y se metió dentro del caparazón. Un momento después, cuando estaba a punto de dormirse, oyó pasar a dos hombres; uno de ellos decía:<br /><br />-¿Cómo haremos para robarle al cura rico todo su oro y su plata?<br /><br />-¡Yo podría decírtelo! -se puso a gritar Pulgarcito.<br /><br />-¿Qué fue eso? -dijo uno de los espantados ladrones-; he oído hablar a alguien.<br /><br />Se quedaron quietos escuchando, y Pulgarcito insistió:<br /><br />-Llévadme con vosotros y os ayudaré.<br /><br />-¿Dónde estás?<br /><br />-Buscad por la tierra y fijaos de dónde viene la voz -contestó.<br /><br />Por fin los ladrones lo encontraron y lo alzaron hasta ellos.<br /><br />-A ver, pequeñajo, ¿cómo vas a ayudarnos?<br /><br />-¡Escuchad! Yo me deslizaré por las cañerías hasta la habitación del cura y os iré pasando todo cuanto queráis.<br /><br />-¡Está bien! Veremos qué sabes hacer.<br /><br /></div><div style="width: 45%; float: right;">Cuando llegaron a la casa del cura, Pulgarcito se introdujo en la habitación y se puso a gritar con todas sus fuerzas.<br /><br />-¿Quereis todo lo que hay aquí?<br /><br />Los ladrones se estremecieron y le dijeron:<br /><br />-Baja la voz para que nadie se despierte.<br /><br />Pero Pulgarcito hizo como si no entendiera y continuó gritando:<br /><br />-¿Qué queréis? ¿Queréis todo lo que hay aquí?<br /><br />La cocinera, que dormía en la habitación de al lado, oyó estos gritos, se incorporó en su cama y se puso a escuchar, pero los ladrones asustados se habían alejado un poco. Por fin recobraron el valor diciéndose:<br /><br />-Ese pequeñajo quiere burlarse de nosotros.<br /><br />Regresaron y le susurraron:<br /><br />-Vamos, nada de bromas y pásanos alguna cosa.<br /><br />Entonces, Pulgarcito se puso a gritar de nuevo con todas sus fuerzas:<br /><br />-Sí, quiero daros todo; sólo tenéis que meter las manos.<br /><br />La cocinera, que ahora oyó todo claramente, saltó de su cama y se acercó corriendo a la puerta. Los ladrones, atemorizados, huyeron como si los persiguiese el diablo, y la criada, que no veía nada, fue a encender una vela. Cuando regresó, Pulgarcito, sin ser descubierto, se había escondido en el pajar. La sirvienta, después de haber registrado todos los rincones y no encontrar nada, acabó por volver a su cama y supuso que había soñado despierta.<br /><br />Pulgarcito había trepado por la paja y en ella encontró un buen lugar para dormir. Quería descansar allí hasta que se hiciese de día para volver luego con sus padres, pero aún habrían de ocurrirle otras muchas cosas antes de poder regresar a su casa.<br /><br />Como de costumbre, la criada se levantó antes de que despuntase el día para dar de comer a los animales. Fue primero al pajar, y de allí tomó una brazada de heno, precisamente del lugar en donde dormía Pulgarcito. Estaba tan profundamente dormido que no se dio cuenta de nada, y no despertó hasta que estuvo en la boca de la vaca que se había tragado el heno.<br /><br />-¡Oh, Dios mío! -exclamó-. ¿Cómo he podido caer en este molino?<br /><br />Pero pronto se dio cuenta de dónde se encontraba. No pudo hacer otra cosa sino evitar ser triturado por los dientes de la vaca; mas no pudo evitar resbalar hasta el estómago.<br /><br />-En esta habitación tan pequeña se han olvidado de hacer una ventana -se dijo-, y no entra el sol y tampoco veo ninguna luz.<br /><br />Este lugar no le gustaba nada, y lo peor era que continuamente entraba más paja por la puerta, por lo que el espacio iba reduciéndose cada vez más. Entonces, presa del pánico, gritó con todas sus fuerzas:<br /><br />-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!<br /><br />La moza estaba ordeñando a la vaca cuando oyó hablar sin ver a nadie, y reconoció que era la misma voz que había escuchado por la noche. Se asustó tanto que cayó del taburete y derramó toda la leche. Corrió entonces a toda velocidad hasta donde se encontraba su amo y le dijo:<br /><br />-¡Ay, señor cura, la vaca ha hablado!<br /><br />-¡Estás loca! -repuso el cura.<br /><br />Y se dirigió al establo a ver lo que ocurría; pero, apenas cruzó el umbral, cuando Pulgarcito se puso a gritar de nuevo:<br /><br />-¡No me traigan más forraje! ¡No me traigan más forraje!<br /><br />Ante esto, el mismo cura también se asustó, suponiendo que era obra del diablo, y ordenó que se matara a la vaca. Entonces la vaca fue descuartizada y el estómago, donde estaba encerrado Pulgarcito, fue arrojado al estiércol. Nuestro amigo hizo ímprobos esfuerzos por salir de allí y, cuando ya por fin empezaba a sacar la cabeza, le aconteció una nueva desgracia. Un lobo hambriento, que acertó a pasar por el lugar, se tragó el estómago de un solo bocado. Pulgarcito no perdió los ánimos. «Quizá -pensó- este lobo sea comprensivo». Y, desde el fondo de su panza, se puso a gritarle:<br /><br />-¡Querido lobo, sé donde hallar un buena comida para ti!<br /><br />-¿Adónde he de ir? -preguntó el lobo.<br /><br />-En tal y tal casa. No tienes más que entrar por la trampilla de la cocina y encontrarás tortas, tocino y longanizas, tanto como desees comer.<br /><br />Y Pulgarcito le describió minuciosamente la casa de sus padres.<br /><br />El lobo no necesitó que se lo dijeran dos veces. Por la noche entró por la trampilla de la cocina y, en la despensa, comió de todo con inmenso placer. Cuando estuvo harto, quiso salir, pero había engordado tanto que ya no cabía por el mismo sitio. Pulgarcito, que lo tenía todo previsto, comenzó a patalear y a gritar dentro de la barriga del lobo.<br /><br />-¿Te quieres estar quieto? -le dijo el lobo-. Vas a despertar a todo el mundo.<br /><br />-¡Ni hablar! -contestó el pequeño-. ¿No has disfrutado bastante ya? Ahora yo también quiero divertirme.<br /><br />Y se puso de nuevo a gritar con todas sus fuerzas. Los chillidos despertaron finalmente a sus padres, quienes corrieron hacia la despensa y miraron por una rendija. Cuando vieron al lobo, el hombre corrió a buscar el hacha y la mujer la hoz.<br /><br />-Quédate detrás de mí -dijo el hombre al entrar en la despensa-. Primero le daré un golpe con el hacha y, si no ha muerto aún, le atizarás con la hoz y le abrirás las tripas.<br /><br />Cuando Pulgarcito oyó la voz de su padre, gritó:<br /><br />-¡Querido padre, estoy aquí; aquí, en la barriga del lobo!<br /><br />-¡Gracias a Dios! -dijo el padre-. ¡Ya ha aparecido nuestro querido hijo!<br /><br />Y le indicó a su mujer que no usara la hoz, para no herir a Pulgarcito. Luego, blandiendo el hacha, asestó al lobo tal golpe en la cabeza que éste cayó muerto. Entonces fueron a buscar un cuchillo y unas tijeras, le abrieron la barriga al lobo y sacaron al pequeño.<br /><br />-¡Qué bien! -dijo el padre-. ¡No sabes lo preocupados que estábamos por ti!<br /><br />-¡Sí, padre, he vivido mil aventuras. ¡Gracias a Dios que puedo respirar de nuevo aire freco!<br /><br />-Pero, ¿dónde has estado?<br /><br />-¡Ay, padre!, he estado en la madriguera de un ratón, en el estómago de una vaca y en la barriga de un lobo. Ahora estoy por fin con vosotros.<br /><br />-Y no te volveremos a vender ni por todo el oro del mundo.<br /><br />Y abrazaron y besaron con mucho cariño a su querido Pulgarcito; le dieron de comer y de beber, lo bañaron y le pusieron ropas nuevas, pues las que llevaba se habían estropeado en su accidentado viaje</div><br /><br /><div style="clear: both;"></div>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-31992892348152214312008-11-19T11:32:00.000-08:002008-11-19T11:34:50.958-08:00EL PATITO FEO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuRbM44bqh7WBNjLJiWQx8hQ7ygqQyD1SHRlpFVxhJKjVjI02Ux_3TUNDKEzMyMgQYOTncTgYY5Gf54SSaAAu6Ku-65b4V5JWKVTq5Fnq3emeVYXBg9SR6THNjAON3zGjXzsfuwD0tSyyZ/s1600-h/patito01.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuRbM44bqh7WBNjLJiWQx8hQ7ygqQyD1SHRlpFVxhJKjVjI02Ux_3TUNDKEzMyMgQYOTncTgYY5Gf54SSaAAu6Ku-65b4V5JWKVTq5Fnq3emeVYXBg9SR6THNjAON3zGjXzsfuwD0tSyyZ/s320/patito01.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5221012368358918642" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><div style="width: 45%; float: left;">Como en cada verano , a la Señora Pata le dio<br />por empollar y todas sus amigas del corral<br />estaban deseosas de ver a sus patitos, que<br />siempre eran los mas guapos de todos.<br />Llego el dia en que los patitos comenzaron a<br />abrir los huevos poco a poco y todos se<br />juntaron ante el nido para verles por<br />primera vez.<br />Uno a uno fueron saliendo hasta seis<br />preciosos patitos , cada uno acompañado por<br />los gritos de alegria de la Señora Pata y de<br />sus amigas. Tan contentas estaban que<br />tardaron un poco en darse cuenta de que un<br />huevo , el mas grande de los siete , aun no se<br />habia abierto.<br />Todos concentraron su atencion en el huevo<br />que permanecia intacto , tambien los patitos<br />recien nacidos, esperando ver algun signo de<br />movimiento.<br />Al poco, el huevo comenzo a romperse y de el<br />salio un sonriente patito , mas grande que sus<br />hermanos , pero ¡oh , sorpresa! , muchisimo<br />mas feo y desgarbado que los otros seis...<br />La Señora Pata se moria de verguenza por haber<br />tenido un patito tan feo y le aparto de ella con el<br />ala mientras prestaba atencion a los otros seis.<br />El patito se quedo tristisimo porque se empezo a<br />dar cuenta de que alli no le querian...<br />Pasaron los dias y su aspecto no mejoraba , al<br />contrario , empeoraba , pues crecia muy rapido y<br />era flaco y desgarbado, ademas de bastante<br />torpe el pobre..<br />Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se<br />reian constantemente de el llamandole feo y torpe.<br />El patito decidio que debia buscar un lugar donde<br />pudiese encontrar amigos que de verdad le<br />quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una<br />mañana muy temprano , antes de que se<br />levantase el granjero , huyo por un agujero del<br />cercado.</div><div style="width: 45%; float: right;"><br />Asi llego a otra granja , donde una anciana le<br />recogio y el patito feo creyo que habia encontrado<br />un sitio donde por fin le querrian y cuidarian , pero<br />se equivoco tambien , porque la vieja era mala y<br />solo queria que el pobre patito le sirviera de primer<br />plato. Y tambien se fue de aqui corriendo.<br />Llego el invierno y el patito feo casi se muere de<br />hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo<br />y la nieve y tuvo que huir de cazadores que<br />querian dispararle.<br />Al fin llego la primavera y el patito paso por un<br />estanque donde encontro las aves mas bellas que<br />jamas habia visto hasta entonces. Eran elegantes ,<br />graciles y se movian con tanta distincion que se<br />sintio totalmente acomplejado porque el era muy<br />torpe. De todas formas, como no tenia nada que<br />perder se acerco a ellas y les pregunto si podia<br />bañarse tambien.<br />Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito<br />vio en el estanque, le respondieron:<br /><br />- ¡Claro que si , eres uno de los nuestros!<br />A lo que el patito respondio:<br />-¡No os burleis de mi!. Ya se que soy feo y flaco ,<br />pero no deberiais reir por eso...<br />- Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y<br />veras como no te mentimos.<br />El patito se introdujo incredulo en el agua<br />transparente y lo que vio le dejo maravillado.<br />¡Durante el largo invierno se habia transformado en<br />un precioso cisne!. Aquel patito feo y desgarbado<br />era ahora el cisne mas blanco y elegante de todos<br />cuantos habia en el estanque.<br />Asi fue como el patito feo se unio a los suyos y<br />vivio feliz para siempre.</div><br /><br /><div style="clear: both;"></div><br /><br /><div class="youtube_resizer" style="text-align: center;"><embed src="http://youtube.com/v/R_1-F_i8KKI" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" height="175" width="213"></embed><br /><a href="http://www.joombly.com/achicar-videos-de-youtube/" title="Modifique videos de YouTube!" style="font-size: 11px; font-weight: bold;">Video Resize of joombly</a></div>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3978310647562276182.post-8475476003554335102008-11-19T11:31:00.000-08:002008-11-19T11:32:06.826-08:00LA RATITA PRESUMIDA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPoTEkFAowJ0h8hjlT4UkVyl-pPu5Y3huD3DzTti7xUTljH0k2Tje_D61ZXm2JHt8SZw9osIIRcinnzVXLtpOCPEX_U5fkc1RU2sTpzZgg9AdUKWVaXq1tjNiUMlXnUzpwWEGTaSw0aAEg/s1600-h/493.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPoTEkFAowJ0h8hjlT4UkVyl-pPu5Y3huD3DzTti7xUTljH0k2Tje_D61ZXm2JHt8SZw9osIIRcinnzVXLtpOCPEX_U5fkc1RU2sTpzZgg9AdUKWVaXq1tjNiUMlXnUzpwWEGTaSw0aAEg/s320/493.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5217396564794559154" border="0" /></a><br />Erase una vez una ratita que estaba barriendo la puerta de su casa y cantaba: "tralará larito barro mi casita y todos los días la misma faena, tralará larito barro mi casita" y de repente se agachó y cogió una moneda que había en el suelo. -¿Qué me compraré? ¿Qué me compraré?.- Ya lo tengo: Me compraré caramelos. No, no que se me ensuciaran los dientes. Siguió pensándolo, ¿Qué me compraré? Ya lo tengo: Me compraré un lacito para mi cola.La ratita fue a la tienda y compró un lazo rojo y lo puso en su cola y se sentó a la puerta de su casa.<br />Al poco rato pasó por allí un perro que al ver tan elegante a la ratita le dijo: -Ratita, ratita pero que rebonita estás. ¿Te quieres casar conmigo?. - ¿Y por la noche que harás? Preguntó la ratita.<br />-!Guau, guau, guau! dijo el perro.<br />-No, no que me asustarás.<br />Y el perro se marchó ladrando de rabia.<br />Todavía se veía al perro por el camino cuando llegó un gallo muy emplumado que al ver tan bonita a la ratita le dijo:<br />-Ratita, ratita pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.<br />-¿Y por la noche qué harás? le preguntó la ratita<br />-Quiquiriquí, Quiquiriquí.<br />-No, no que me asustarás.<br />Y el gallo fue a buscar una gallina.<br />A los dos minutos pasó por allí un gato y al ver a la ratita se acercó y le dijo:<br />- Ratita, ratita, pero que rebonita estás, ¿Te quieres casar conmigo?.<br />-¿Y por la noche que harás? preguntó la ratita.<br />-¡ Miau, miau!<br />-No, no que me asustarás.<br />Y el gato se alejó maullando.<br />Una hora más tarde pasó por allí un ratón y al ver a la ratita le dijo:<br />-Ratita, ratita, pero que rebonita estás ¿Te quieres casar conmigo?.<br />-Y la ratita le preguntó ¿Y por la noche que harás?<br />-Dormir y callar, dormir y callar.<br />-Pues contigo me he de casar.<br />La ratita presumida se casó con el ratón y vivieron felices, comieron perdices y a nosotros nos dieron con los huesos en las narices.<br /><br /><div class="youtube_resizer" style="text-align: center;"><embed src="http://youtube.com/v/7tJ6uywPnQE" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" height="175" width="213"></embed><br /><a href="http://www.joombly.com/achicar-videos-de-youtube/" title="Modifique videos de YouTube!" style="font-size: 11px; font-weight: bold;">Video Resize of joombly</a></div>Carlos y Montsehttp://www.blogger.com/profile/02038453145064920576noreply@blogger.com0